CLXI

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"Tras pasar cerca de 30 minutos dentro de aquel armario, y después de que los Hwang dejaran dormido al niño, finalmente pude abrir la puerta un poco.
Observación 1: tardan mucho en dejar la recámara del niño, aún si él ya está dormido.

— ¿Y bien?

— No creo que le vaya a servir que espíe al príncipe para que usted sepa cuándo entrar a llevárselo.

"Estar en ese armario es cansado, y abrir un poco la puerta para poder verlo significa que él también puede verme. Tiene una cortina muy clara y deja entrar algo de la luz de afuera.
Observación 2: El ángulo para poder verlo es el único. La otra puerta da directamente a la ventana y es imposible ver al niño.

— ¿Por qué no?

"Observación 3: Un grito basta para alertar a sus padres. No tardaron ni un minuto en llegar. Fue imposible que yo saliera de ahí antes de que ellos se fueran con el niño."

— Porque sus padres no dudan un segundo en ir a ver a su hijo si él los llama. —Cerró su pequeño cuaderno y miró finalmente al hombre rubio delante suyo. — Y parece que tiene un sueño más ligero de lo que cualquiera imaginaría. No podría llevárselo sin que él despierte. "Además me aventaron un montón de pelotas y no sé qué tantas cosas más".

— Si está sedado no va a despertar.

— Hágame caso, señor Neeson. —Rodó los ojos antes de dar un sorbo a su té. — No podrá llevárselo, ni entrar al palacio. De noche hay guardias rodeándolo.

— ¿Desde cuándo? —Se burló. — A esos dos no les importó nunca romper las etiquetas, las tradiciones, incluso las reglas. Hwang Minhyun siempre ha optado por defenderse solo…

— Y defender a su esposo; y así lo dejó sin elementos. No tiene que decírmelo otra vez.

— V, tienes un sólo trabajo, y es: averiguar el momento preciso para sacar a ese mocoso del palacio.

— Pues… ese no era el plan…

— Shht, shh, shh. El plan ya cambió.

— Es mi plan.

— Y yo estoy al mando. ¿Quieres arriesgarte a hacerlo solo?

— A estas alturas me lo pregunto yo también. —Miró fijamente los ojos del otro.

— ¡Ja! No me hagas reír, V. Terminarías en prisión, ¿lo olvidas? —El joven guardó silencio. — Eres demasiado dócil para sobrevivir en ese lugar. Serías la zorrita fresca.

— Deje de decir tonterías. Aunque no lo crea yo sé cuidarme. ¿Y sabe qué? —Se puso de pie apoyándose en la mesa para acercarse a Neeson. — Haga lo que le dé su regalada gana, pero lo que decida lo hará solo. Yo me retiro.

— Bien. Los reyes sabrán que eres un espía que atentará contra ellos. —De nuevo V guardó silencio. Luego sonrió con burla bajando un poco la cabeza.

— ¿Cómo? Usted ya no es parte de la corte, y ni siquiera debería estar en Inglaterra. Atrévase a delatarme y usted se hundirá en prisión conmigo.

— No cabe duda que eres familia de Dokyeom.

— Lo sé.

— Eres tan estúpido como él lo fue. Yo tengo muchos movimientos, y antes de que puedas siquiera gritar, tendrías que huir del palacio. —Apoyó sus codos en la mesa. — Así que dime, V ¿qué te conviene más? —Se puso de pie sonriendo con cinismo. — Haz lo que te dije. —Se acomodó el gorro en su cabeza y se retiró sin más.

Cien millones de razones para amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora