CXII

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Los preparativos avanzaron rápidamente gracias a que tanto Ren como Jungkook pusieron su empeño en ello. Por otro lado, Minhyun había tenido que lidiar con cada uno de los pendientes del palacio y demás, pero también había logrado incluso adelantar los más posibles.

Al cabo de unos días los tres se encontraban haciendo sus maletas para irse a Osaka y terminar con los preparativos para el tan esperado evento.

— Te lo juro, —Hablaba Ren terminando de vestirse. — no había nada, nada, nada. Lo tuvimos que hacer desde cero.

— ¿En serio? —Continuó Minhyun desde el baño con su pequeño dentro del agua tibia donde lo bañaba. — ¿Qué explicación te dieron?

— Ninguna. No les dije nada.

— Mi vida, tenías que hacerlo.
Ven aquí, bebé. Ya estás limpiecito. —Sacó al niño de la tina y lo envolvió en una toalla con estampados de burbujas y peces.

— No podía. ¿Qué les iba a decir? Imagínate: 'papá, mamá, ¿por qué no avanzaron nada? No alcanzaré a hacerlo todo en tan poco tiempo'. No era una buena idea.

— Me lo hubieses dicho al instante entonces. Yo hablaría con ellos. —Salió del baño.

— No importa ya. Estamos por terminar y una vez que esté todo montado podremos dar el primer ensayo.

— Mi vida, es injusto que te hayan dejado todo y con tan poco tiempo. Mínimo necesitabas dos meses.

— No me subestimes, Minhyun, puedo lograrlo.

— Yo sé que sí, mi vida, pero te estás estresando mucho.

— Estoy bien. Casi terminamos el de Osaka y si seguimos a este ritmo, es muy probable que entre el 24 o 25 hayamos terminado por completo.

— Ay, mi vida...

— Oye, tú me enseñaste eso. 'Siempre se puede reponer el tiempo si trabajas lo suficientemente duro' y lo haces cada vez que se te junta el trabajo.

— Sí, mi vida, pero no quiero que tú lo hagas también. Es cansado y no es bueno para tu salud.

— ¿Y para la tuya sí?

— Vida...

— No. Estamos muy cerca de terminar. No voy a ceder ahora. —Minhyun sonrió rendido.

— "Una de las cosas que más admiro de ti es tu perseverancia. Nunca sabes cuándo rendirte."

— Date prisa. Tenemos que salir en 30 minutos.

— Está bien. Tú ganas, mi vida, pero quiero que descanses y te alimentes bien, ¿de acuerdo?

— Lo hago. Date prisa. —Tomó su saco y salió de la habitación.

Minhyun se centró en vestir a su hijo y después también a sí mismo. Se había decidido a usar un traje color vino y una camisa blanca, pero su bebé comenzaba a babear demasiado y prefirió llevar algo más adecuado. No es que le gustara que las babitas de Minsoo cayeran en su ropa, pero sabía que era algo casi imposible de evitar.

A los 30 minutos ya se encontraban los tres subiendo a la camioneta que los llevaría hasta la pista donde el avión esperaba.
Una vez en el lugar, fue el piloto quien los recibió mientras un par de ayudantes subían las maletas.

— Woah, este avión es asombroso. —Habló Jungkook cuando estuvo dentro del gran transporte. — ¿Y viajas aquí? —Miró a su amigo.

— No siempre. Pero por esta vez lo haremos.

— Woah. Deberías aprovechar al máximo los lujos que te puedes dar, puedes ir de aquí a Miami y más allá.

— Jungkook, —Rió el rubio. — sólo escogimos el avión real hoy porque llevamos demasiada prisa como para esperar. Nos queda poco tiempo y necesitamos salir en el instante.

Cien millones de razones para amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora