LXXVIII

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"Hwang Yura"

Tecleó rápidamente y espero que algún resultado cargara, pero lo lógico y lo que pasó fue que no hubo respuesta.

— "¿Quién eres, Yura? ¿Por qué te han ocultado al punto en que pareciera que se trata de un fantasma?" —Pensó mientras cerraba el navegador web y abría una aplicación que a primera vista era compleja. Introdujo doce dígitos y esperó a que la pantalla cambiara mostrando un nuevo buscador que únicamente tenía un recuadro largo al centro con el puntero parpadeando. — "Debe haber algo sobre ti."

"Hwang Yura"

Volvió a teclear y esperó. La pantalla únicamente mostró un pequeño círculo que degradaba sus colores mientras buscaba algún resultado.

"1 resultado encontrado"

Indicó la pantalla y Dokyeom sintió que sus ojos brillaron de alegría. Dio clic sobre el link y una nueva ventana apareció:

"Documento perteneciente a los archivos confidenciales del palacio.
Favor de capturar número de tarjeta de consentimiento para revisar este archivo."

— ¡Mierda! —Cerró de golpe la laptop y la dejó a su lado. Si bien Dokyeom era un gran hacker, pero no lo suficiente para resolver eso y el mejor del equipo, lamentablemente para él, había sido de los capturados durante el ataque al palacio de Gatcombe. Pensó un rato en lo que podría hacer. — "Esta mujer debió ser alguien importante para que el único resultado sea tan confidencial, pero ¿qué hiciste?" —Pensó con burla.

— Seokmin. —Llamó un hombre entrando a la pieza del asiático, que a su vez sólo lo miró. — Neeson quiere que vengas a la sala ahora.

— ¿No pretende que vaya de nuevo por la despensa como si fuese el ama de casa, o sí?

— ¿Acaso es nuestra culpa que seas afeminado? —El asiático, en un movimiento, lo retuvo derribándolo en el suelo.

— Afeminado o no, extranjero o inglés soy más fuerte y ágil que tú, Evan. No lo olvides, mientras tú y tus grandes y fornidos brazos sin forma o fuerza real hacen un movimiento yo pude haber hecho tres o cinco, puedo matarte en cualquier momento y si no lo he hecho es porque nos falta una carnada aún, pero ya verás, en su momento sentirás el temor que no creíste. —Soltó al rubio y este se puso de pie de inmediato, dirigió una mirada molesta al moreno y él simplemente sonrió de lado. — Anda, perrito, ve a decirle que ahora voy. —Dijo con soberbia y el otro sólo salió azotando la puerta detrás de sí.
— Imbécil. —Murmuró y volvió hacia su computadora para dejarla sobre el escritorio. Salió y se dirigió a la sala.

— Dokyeom, ven aquí. —Llamó el exnoble y el moreno se acercó y tomó asiento en el sofá individual juntó al hombre.

— ¿Qué pasa, Neeson?

— Quiero que vayas a investigar el palacio de Buckingham.

— ¿Qué hay con el palacio?

— ¿Quién está en el palacio? Sería un mejor pregunta. —El moreno lo miró con interés. — En el evento de ayer los Hwang estuvieron ahí y según las noticias, —Recogió un periódico de la mesita del centro y lo dejó caer en las piernas del más joven. Seokmin lo tomó y lo revisó siendo la fotografía de la pareja real frente al palacio del parlamento lo que vio en primera plana. — han estado aquí por casi un mes. Ve e investiga, si es así deben estar en el palacio de Buckingham, y si los encuentras, asesínalos ahí mismo. —El asiático sonrió de lado y respondió:

— Sí, señor —. Sin más, se puso de pie, tomó su mochila del pequeño perchero juntó al sofá y se encaminó a la puerta. — Te mantendré al tanto. —Dijo con tranquilidad antes de salir. Subió a la única motocicleta que aún tenían y se alejó de esa pequeña casa rápidamente.
— "Neeson, ¿no te das cuenta de que me lo pones más fácil? ¿Que mejor lugar para averiguar sobre ella que en el palacio?"

Sí, era verdad. Seokmin tampoco sentía lealtad hacia Neeson aún después de todos los años que llevaba trabajando con él, ya que el moreno ni siquiera lo veía realmente como si jefe o líder, no, para él no existía tal cosa cosa como lealtad o admiración por el hombre, sólo estaba ahí por conveniencia, porque así podría algún día vengar a la persona para quien realmente guardaba su lealtad, respeto y servicio, esa persona que realmente podía infundirle miedo y que además le había ayudado a entrenar hasta llegar a ser el criminal que era, aunque, claro, le faltaba mucho para alcanzar el nivel de esa persona, esa persona que había muerto años atrás y que aún ahora era de guardar cuidado ya que quien lo conociera bien podría haber sido víctima o cómplice. Neeson simplemente había caído en la trampa de Seokmin, había estado creyendo que el asiático le era leal y útil, cuando lo único que realmente esperaba era la oportunidad perfecta para despejar al mundo de su presencia y ahora que se sentía tan cerca de algo que podría llevarlo a ello no iba a parar, no iba a echarse para atrás.

— "Si Hwang Yura es quien creo que es, si tuvo algún descendiente, debo ponerme de su lado. Si le ayudo a ese heredero a reclamar su puesto en la corte es muy probable que en un año o dos tenga un puesto mejor que Vizconde, entonces ya no tendré que servirle a ese bueno para nada de Neeson." —Pensó y una sonrisa maliciosa se dibujó en sus labios.

Llegó a Londres tras casi tres horas de viaje y se aseguró de estacionarse a unas calles de la enorme construcción. Caminó junto a algunos turistas que recién bajaban de un autobús y los siguió hacia el interior del palacio guiados por una chica que contaba la historia del lugar.

— Estúpida guía. —Mumuró tras separarse del grupo y comenzó a recorrer los pasillos. Las docenas de guardias apostados en los pasillos lo hacían ponerse de a poco nervioso, era seguro que si lo reconocían no podría escapar tan fácilmente como la primera vez.

Deambuló por los  corredores permitidos y aprovechó un momento en que un gran grupo de visitantes lo cubrieron de la vista de los guardias para entrar en una de las piezas que no estaban permitidas: la oficina principal del palacio.

— "No me importa en lo más mínimo si están aquí ahora, aunque... tal vez me sirva saber dónde están. Puede ser que alguno de ellos realmente sepa dónde está o quién fue Hwang Yura." —Comenzó a buscar entre los papeles de los cajones tratando de dar con algo que le sirviera para recabar la información. — ¿Dónde pueden guardar algo tan importante? ¿Por qué Neeson no sabía nada de importancia! —Miró alrededor sin poder hacer o decir mucho de lo que veía, al menos no más de una oficina común y corriente. Comenzó buscar y alzar o mover un poco algunas de las decoraciones que veía y luego hojeó algunos de los libros del alto estante que tocaba el techo y suspiró resignado a no tener éxito en su búsqueda sin esperar que al hojear rápidamente un libro más cayera un vieja fotografía que llamó su atención. La recogió y la observó un momento, eran sin duda los reyes antepasados: la reina April, su esposo el rey Jacob, pero con ellos aún no estaba Hayley, la última de los Becher en llevar la corona. No. Los entonces jóvenes esposos estaban junto a un hombre que, por su rasgos, Seokmin dedujo que se trataba de Adam y detrás de él debía haber estado una mujer, una mujer que lo sostenía por el hombro, acción que parecía incomodar bastante al hombre pues su expresión era seria y disuelta. El rostro de la mujer no estaba en la fotografía, de hecho parecía hacer sido quemado a propósito, lo único que quedaba de ella en la fotografía eran sus dedos sobre el hombro del duque, sus uñas pintadas en un color oscuro y lo que parecía que hubiera sido un vestido blanco decorado con una línea dorada en el centro.

— Ja, lo sabía. Por la expresión de Adam puedo deducir que realmente fue... No... ¿o sí? ... Entonces... ¿fue su madrastra?

Metió la fotografía en su camisa, decidido a no dejar perder esa pista pues quizá era la única con la que podría comprobar que Hwang Yura no era sólo un nombre extraño a todo y todos en el gran libro de los miembros de la corte.

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Me van a colgar, en serio.

¿Me perdonan por actualizar hasta ahora?

Estuve teniendo un debate entre poner está canción u otra, pero finalmente se quedó esta, creo que queda bien para el capítulo, así que lean y disfruten.

¡2° capítulo del maratón!

Cien millones de razones para amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora