CXXII

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El sonido del agua cayendo de la regadera y el olor de los hot cakes era lo que armaba el perfecto ambiente hogareño.

Minhyun salió de la ducha atando una toalla en su cintura, tomó la segunda y comenzó a secarse el cabello, luego se acercó al espejo y se miró, tomó una loción para su rostro y tras aplicársela dio unas palmadas en el mismo, todo mientras pensaba que, esta vez, tendría que escoger su vestimenta aún del armario, suspiró un poco frustrado por ello, ya que, desde que iba a la escuela, solía dejar todo listo para el día siguiente.

— "Eso es algo que Minsoo debe aprender también." —Pasó su mano por su barbilla analizando su piel limpia. Se sonrió y salió del baño llevando la toalla de su cabello sobre sus hombros. Se dirigió a su habitación y entró descubriendo que su esposo le había dejado lista ropa limpia sobre la cama. Unos jeans azules, camiseta blanca y un suéter de estambre negro era el conjunto que lo esperaba.
— Ahh, mi vida. —Suspiró con una sonrisa antes de dirigirse al buró al lado derecho de la cama y buscar unos calzoncillos.

Después de vestirse y antes de salir de su habitación se asomó a la cuna donde seguía durmiendo su pequeño hijo. Le peinó el cabello y sonrió.

— Descansa, mi pequeño príncipe. —Se inclinó para besarle la frente y finalmente salió. Cruzó el pasillo hasta la cocina quedándose en bajo el marco de la puerta al ver a su esposo concentrado mientras revisaba algo en la sartén; se le acercó por detrás con tal sigilo que el menor no se dio cuenta.

 Cruzó el pasillo hasta la cocina quedándose en bajo el marco de la puerta al ver a su esposo concentrado mientras revisaba algo en la sartén; se le acercó por detrás con tal sigilo que el menor no se dio cuenta

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— Huele delicioso. —Hablo en el oído del rubio consiguiendo un sobresalto de su parte al sentir sus brazos rodearlo.

— No me asustes. —Rió mirando sobre su hombro a su marido. Se sonrieron antes de besarse dulcemente y rozar sus narices.

— ¿Qué cocinas?

— Preparé hotcakes, puré de papas, tostadas con aguacate y corté algo de fruta. Ahora que volverás a trabajar supongo que debes estar a dieta.

— ¿Qué dices? Apenas he subido dos kilos.

— Mm, no se notan. —Minhyun sonrió y besó la nariz de su esposo. — Prepararé té verde y con eso completaremos un desayuno muy saludable —. Sonrieron una vez más.

Se sentaron a desayunar después de que el té hirviera y conversaron unos minutos antes de escuchar la voz de su hijo reclamando atención.

— Yo voy. —Inquirió Minhyun antes de que su esposo se pusiera de pie. — Ahora vuelvo. —Dejó un beso en la frente del menor y fue por su bebé. Volvió poco después con el pequeño en sus brazos.
— Buenos días, mami. —Hizo una voz aniñada y aguda simulando que fuera Minsoo quien hablara.

— Hola, bebé. —Habló también Ren estirando sus brazos para recibir al pequeño. — Hola, hola, hola. —Repitió antes de dar varios besos en la mejilla de su hijo haciéndolo reír. Minhyun volvió a sentarse observando a su esposo con una sonrisa en sus labios.

Cien millones de razones para amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora