LXXII

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— ¿Min?
¿Qué sucede? Me estás preocupando. —Se acercó a su marido y le sostuvo la mano.

— Papá... —Fue todo lo que dijo en ese momento. Ren se quedó en silencio esperando que dijera algo más.

— ¿Dong Min? —Se extrañó también So.

— ¿Qué le sucedió? —Habló Haesoo

— Volveré a Inglaterra. —Anunció rápidamente Minhyun.

— Ah... —Fue lo primero que salió de los labios del rubio. — claro. Oneisan, onisan, lo siento, pero debemos irnos.

— No. —Volvió a hablar Minhyun recibiendo la atención de todos. — Quédate aquí. Yo iré.

— Pero, Min...

— Te llamaré en cuanto pueda.

— Minhyun, ¿qué pas... —El mayor lo atrajo dejándole un beso en la frente y se dirigió a la puerta.
— Minhyun. —Le llamó tras verlo salir rápidamente.

— Vaya. —Habló Jeonghan. — Y por favor también le llaman el día en que nazca su bebé. Ren lo miró fugazmente y volvió su mirada a la puerta.

— ¿Qué fue lo que pasó? —Dijo la madre de Baekho.

— Yo... —Respondió Ren. — Voy con él. —Se puso de pie y se dirigió a la puerta, pero su padre lo detuvo.

— Minki, ¿por qué Minhyun se puso así? ¿Dong Min está mal? ¿le pasó algo?

— No lo sé, papá.

— ¿Se sentía mal o algo parecido antes de que vinieran? —Dijo también el padre de Baekho.

— No. Bueno, no que yo sepa. Dong Min y Sun Hee se estaban haciendo cargo de todo en Londres...

— ¿Y ustedes? —Se extrañó Haesoo.

— Minhyun y yo estamos quedándonos en otro lugar. Se los dije. —Todos se miraron confundidos y Ren continuó: — No importa. Necesito saber qué está pasando. —Se apresuró a la puerta y salió sin atender a los llamados de su padre. Caminó hasta el elevador y apenas llegó al primer piso buscó con la mirada a su marido.
— Minhyun. —Le llamó mientras avanzaba por los pasillos.

Finalmente se detuvo junto a una enfermera y tras describir a su marido ella le dijo que lo había visto salir apresurado y subir al auto blanco que estaba estacionado justo afuera. Ren salió tan rápido como pudo y miró a los lados descubriendo que, efectivamente, el auto ya no estaba.

— Ren. —Escuchó por detrás y sin voltear dijo:

— Algo muy malo debió pasar. Tomaré un vuelo.

— Ren, no puedes viajar solo. —Intervino Lizzy, Ren miró su vientre y después su anillo.

— Minhyun mencionó a Sun Hee y después a Dong Min. —Suspiró y se giró a ver a sus hermanos. — Él y yo nos fuimos de Londres por razones que podrían estar amenazando mucho más de lo que creíamos, los duques se quedaron a cargo hasta que volviéramos...

— A ver, a ver, Ren, ya no te entiendo, ¿a cargo de qué?

— De todo. Los asuntos del palacio, las decisiones del parlamento, los informes que nos enviaban, las estadísticas de progreso... —Hubo unos segundos de silencio antes de que cayera en cuenta de cuál podría ser el motivo por el que Minhyun no lo hubiese llevado de vuelta a Inglaterra. — la investigación de Croked.

— ¿De quién?

— Tal vez ya descubrieron algo... y no puede ser nada bueno si Min tuvo esa reacción. Debo alcanzarlo.

Cien millones de razones para amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora