CXLI

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(Warwick, Inglaterra)

— ¿Cómo qué sobrevivió!

— Así como lo escucha.

— Bueno, pero está grave, ¿verdad?

— No saldrá del hospital, ¿no es así?

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— No saldrá del hospital, ¿no es así?

— Pues... ya salió. —Confesó el joven ante lo que Neeson casi estalló de rabia.

— ¿Por qué no se aseguraron de que estuviera muerto!

— No fue culpa mía. Sus miedosos aliados se petrificaron al momento en que escucharon las patrullas y sólo pensaron en huir. Hwang Minhyun se fue al hospital con una bala en el hombro, y recién me enteré de que sobrevivió.

— ¡No puede ser! ¡Dijiste que eras eficiente!

— Yo no dudaba. Estuve a punto de disparar y acabarlo, y lo hubiese hecho si sus estúpidos complices no se hubiesen asustado y me hubiesen dejado trabajar.

— ¡Maldita sea! —Golpeó la mesa con furia. — ¡Cómo pudo fallar? Era el plan perfecto.

— El de usar las bombas sí lo era. —Habló John. — Hasta que a la nena le remordió la consciencia y optó por no usarlas, provocar un incendio y disparar directamente a Minhyun.

— ¿Qué!

— Ay, la perra hablando de ladridos. —Se defendió V dirigiendo su atención a John. — Fueron ustedes quienes no me dejaron terminar, ¿por qué? Porque estaban aterrados de ser arrestados.

— ¡Les dije que usaran las bombas!

— Escúcheme, Neeson. Su plan no hubiera funcionado, en primer lugar porque estaba mal hecho, en segundo porque cuando llegamos, los Hwang no estaban y no sabíamos a qué hora iban a llegar, haber activado las bombas habría sido un desperdicio si ellos no llegaban en el tiempo que habíamos creído.

— ¡Es que esto no puede ser! —Arrojó un vaso de cristal al suelo.

— Pues ya es, y yo le sugiero que se vaya haciendo a la idea de que si no se pone listo, los Hwang siempre van a evadir sus planes. Tiene que conocerlos más y llegar al fondo de ellos, tiene que hacer un plan que se adecue a lo que ellos harán y no dejarlos reaccionar.

— Cállate, niño. —Ordenó el fornido rubio.

— Escuche mi plan.

— ¡Dije que no! Largo. ¡Largo todos de una vez! —El castaño mas joven fue el primero en ponerse de pie y con una sonrisa ladeada dijo:

— Está cegado por un deseo de algo que no será. —Se dio la vuelta y se dirigió a la salida de la oficina. — Sus planes no darán resultado hasta que usted mismo se dé cuenta de dónde está su error. —Salió. — "Seokmin me lo dijo, este sujeto es necio, de cabeza dura, por eso no ha terminado de ganar. —Pensaba mientras se dirigía a la que habían designado como su había. — Su deseo iba más allá de lo que tendría, pero se centró en deshacerse de quién le causaba un deseo carnal, y dejó de lado su verdadera misión. Ja. Estúpido. Si hubiese sido yo, desde el momento en que la princesa cayó enferma, hubiese comenzado lo asesinar a los nobles antes de mí, así la corona habría llegado a mi cabeza y Hwang Minki nunca hubiera aparecido; pero vaya que es estúpido. Dejó de lado a Minhyun y ahora que perdió, quiere deshacerse de él sólo porque no obtuvo la corona; que infantil." —Se tiró en su cama y se quedó en silencio mirando el techo.





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