Consejos

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Las semanas pasaron rápido, todas las mañanas salía a correr al fraccionamiento, luego me preparaba para ir a la oficina. Pudimos resolver el caso que se estaba complicando. En la oficina todo marcha genial, he salido a cenar con Ignacio y Roberto, nos hemos vuelto más unidos y hemos compartido momentos graciosos, como Roberto insistiendo en conquistar a Rebeca, lo cual nos parece imposible pues el es un mujeriego de primera y ella no se fijaría en el. He salido con Louis casi todos los días ya sea para salir a hacer ejercicio, en casos pendientes o en la casa, mi familia ya lo aprecia como si fuera de la familia y nos agrada mucho tenerlo en casa. Aunque el se iría en unos días debido a que tiene que estar yendo y viniendo, se le extraña cuando no está, siempre compartimos pendejadas. En lo personal me he sentido mejor, poco a poco estoy volviendo a mi vida de hace meses, me gusta mucho leer sobre libros antiguos y ahora disfruto el tiempo a solas, el ejercicio lo hago más frecuentemente, ya deje el cigarro, no es que era adicto pero si lo utilizaba mucho. Estas semanas me han caído excelente en compañía del buen trabajo, la familia y los amigos.

-Cuando te vas si te extraño Damián, deberías quedarte toda una noche conmigo.

-¿Toda una noche? No tienes para cuándo eh, aunque disfrute pasar el tiempo contigo a veces tengo que irme Larissa.

-Quédate esta noche, por favor guapo, por mi- me hace pucheros

-No me hagas esa cara niña, está bien. No me gusta mentir pero he trabajado mucho estos días que ya necesito un descanso- digo riendo mientras aviso a mis padres que me quedaré con Manuel.

-¿Qué quieres de cenar?- me pregunta mientras busca en el refrigerador

-A ti- digo riendo. -Pidamos pizza y cerveza, ¿te gusta?- la abrazo por detrás

-Eso me fascina. Deja llamo y tranquilo curioso- término de pedir la pizza y en menos de 20 minutos ya estaba, comenzamos a comer mientras platicábamos acerca del hospital, la oficina, realmente la pasaba a gusto con ella.

-¿Por qué tienes tanta repulsión hacia el amor?- le pregunto dudoso

-Damián, yo- parecía incomodarle el tema.

-No tienes porque decirme nada Larissa, yo respeto tu intimidad y tus cosas.

-Es que si quiero decirte. Damián no solo mi ex me fue infiel, sino también me maltrataba.

-¿Me estás jodiendo?- pregunto furioso

-No- dice apenada. -El me golpeó una vez porque lo comencé a celar, estaba viendo a otra vieja y se enojo tanto que me golpeo- me estaba hirviendo la sangre. Me acerqué a ella y la abracé con tanta fuerza. -Tengo miedo de volver a enamorarme y que me hagan daño, por eso no quiero hacerlo.

-Tranquila preciosa, ese maldito es un hijo de puta. Me tienes aquí contigo, yo no dejaré que te haga daño- beso su cabeza

-Gracias por entender y por tu protección- nos quedamos abrazados un buen tiempo.

-No hay justificación para los golpes, ningún hombre tiene el derecho de abusar de ninguna mujer, mucho menos de ponerle un dedo encima, ese cabron tendrá lo que merece.

-Yo lo sé, tenía mucho miedo cuando lo hizo, pero me prometió que jamás lo haría.

-No creas en eso Larissa, esos tipos no cambian y escúchame bien. El que engaña una vez, lo volverá a hacer al igual que los golpes, no te dejes convencer

-Yo se que tienes razón, es un pendejo que tendrá su merecido.

-No vale la pena recordar historias pasadas, mírate, eres una joven hermosa, con una carrera profesional, educada y culta, ni si quiera te has dado cuanta la cantidad de hombres que tienes por detrás, y solo por estar clavada con el pasado.

Una razón para quedarme. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora