Una razón para quedarme.

No lo vuelo a hacer

Después de una increíble noche, Louis, Miranda y yo tomando tranquilamente, riendo por sus anécdotas, todo ha marchado muy bien. Me dispongo a retírame a casa, Miranda se ofrece a llevarme y acceso. Durante el camino vamos platicando sobre cómo ha llegado a ser una abogada exitosa en un mundo donde los hombres tiene o pretenden tener más poder, es asombrosa si historia.

-¿Tienes que llegar a casa ahorita?- me pregunta y me quedo pensando

-No realmente. ¿Qué planes tienes?

-No se tú pero no me llene. Normalmente esas fiestas son de tomar vino, platicar y uno que otro bocadillo. Vamos a cenar. ¿Aceptas?- sinceramente no sabía lo que me esperaba pero acepté.

Llegamos a un restaurante cómodo, pedimos y dispusimos a comer. Yo estaba fascinado con su historia, sus casos fueron sonados en todo Texas incluyendo México. Estaba frente a una de las mejores abogadas que ha creado Texas para el mundo, yo no lo podía creer. Después de una larga cena y risas, me llevo a casa. Quedamos en salir a conocer más lugares pronto.
Llegue a casa no había nadie, Ignacio y Lucia estaba en San Antonio, los niños en casa de Roberta y bueno los tórtolos en donde más. Así que llegue, fui a la cocina a tomar agua, tome un poco así que quería relajarme. Me quite el saco y estaba buscando fruta en el refrigerador cuando escuché un sonido proveniente de la sala, como un sollozo, me cague, me fui acercando, prendí las luces y ahí estaba ella, llorando frente a mi. Me limite a abrazarla y comenzó a llorar entre mis brazos, no sabía que estaba pasando, pero si Mateo le hizo algo le iba a romper la cara. Entendí que solo necesitaba abrazarla y comprenderla, así que acaricié su espalda y la llevé al sillón.

-Hable con el. Discutimos, le parecía una absurda idea querer estudiar. Le pedí que me trajera a casa, el se fue a Virginia- me dijo llorando

-Danielle, no tienes que decirme nada. Solo ven aquí- la abrace y se quito

-Todo esto es tu culpa. Te dije que estábamos bien, y me metiste ideas, porque Damián?

-Ahora es mi culpa que tu marido sea un maldito imbecil machista? Tu lo elegiste no yo.

-Si si es tu culpa. Porque nosotros estábamos bien, y tú llegaste a mi vida y cambias todo- comenzó a empujarme

-Tranquila, tranquila. Lo único que he hecho es apoyarte maldita sea!! Ya basta!!- la tomo de las manos

-Te odio Damián, arruinaste mi vida. Por tu culpa estamos mal

-Es increíble las idioteces que te metió en la cabeza. ¿Estás segura que me odias?

-Si maldita sea te odio. Te odio te odio.

- Me odias porque tienes sentimientos por mi.

-Y esto está mal. Esto que está pasándonos está mal, entiende! Eres un maldito niño y yo soy una mujer casada, CASADA!

-Que curioso que esté niño resultó más hombre que tu propio esposo- comenzó a llorar y continue hablando

-¿Crees que yo busque esto? ¿Crees que llegue con el objetivo de enamorarme de ti?- se quedó inmóvil y seria y con firmeza seguí hablando, ya mañana sería otro día -Así es, y me duele aceptarlo, pero me enamore de ti, se que está mal pero fue algo que no pude evitar. ¿Crees que las personas eligen de quien enamorarse? Créeme que eso hubiera sido mucho mejor, jamas te hubiera elegido a ti, y no porque no me gustases, sino porque eres prohibida para mi. Trate de evitarlo, te evite muchas veces, pero llegaste tu con tu nobleza, tu sonrisa, y me enamoraste Danielle, estoy loco por ti..

Sus ojos se llenaron de lágrimas al igual que los míos, no habían las palabras correctas para este momento solo era el corazón hablando con la verdad.

-No espero que digas nada. Creo que he arruinado todo esto. Quizás confundí las cosas, y tampoco te pido que me entiendas. Creo que el que se enamoró fui yo solo, y descuida que yo me encargo de arrancarte de mi corazón. Perdóname, olvida todo esto, por favor- me doy la vuelta y comienzo a subir las escaleras, ahora si que la he cagado con ella, no puedes ser más imbecil Damian.

-¿Por qué yo? Existen chicas más hermosas, jóvenes, con cuerpos esculturales. Son mil veces mejores que yo. Yo no soy nada a un lado de ellas. Tengo mil defectos, incluyendo mis kilos de más.

-Claro que existen mujeres más hermosas, hombres más guapos que yo. Pero eso sale sobrando, al final solo es mierda estética. No te compares con ellas Danielle, porque tu no tienes comparación.

-No es amor lo que sientes por mi. Es solo un deseo que piensas cumplir. Acostarte con una mujer mayor. Son deseos momentáneos.

-Tal parece que aún no me conoces. No te voy a negar que no eres la primera mujer mayor que me interesa. Pero tú vas más allá de eso, no me basta con tenerte cerca, quiero más de ti, y no no hablo de sexo.

-Tienes 19 años, esto es imposible. Tengo 29 años, nos llevamos por 10 años Damián. Además de que estoy casada y tengo dos hijos.

-Yo se Danielle, yo estoy consiente de todo esto. Se que está mal esto, pero no puedo evitar quererte, perdóname.

-Tú mereces salir con chicas de tu edad, empezar de cero con ellas, eres joven -me toma el rostro con sus manos- eres un chico genial y mereces que te amen sin prejuicios, ni ataduras te mereces un amor real.

-Dime que no sientes nada por mi, dime que no te pones nerviosa cuando estoy frente a ti, dime que no te causo ninguna emoción y a es así, te dejo ir.

-No puedes dejar ir algo que nunca has tenido Damián. -agacha la mirada- aunque sienta cosas por ti, yo estoy con Mateo, lo quiero mucho, es un buen hombre, no puedo hacerle daño tampoco a los hijos.

-Te prometo que no haré nada para lastimar tu matrimonio o tu familia. Discúlpame. Pero solo quiero pedirte algo.

-Si dime.

-Déjame probar tus labios, quiero quedarme con ese recuerdo tuyo, por favor. -se aleja-

-No Damián. Eso complicará las cosas, por favor, vamos a dormir mejor. -se da media vuelta y entra a su habitación-

Me quedo en el pasillo con mi saco en mano, es increíble como el corazón se puede romper si haberlo entregado por completo. Cuando me dispongo a entrar a la habitación escucho el sonido de la puerta, volteo y ahí está parada.

Nos quedamos en silencio, quisiera acercarme pero no quiero equivocarme con ella. Comienza a acercarse y yo igual y nos unimos en un fuerte abrazo, quizás es una despedida de algo que ni si quiera había empezado, levanta su rostro y me acaricia, no puedo resistir y tomo sus labios cálidos en un tierno beso, todo lento, todo perfecto. Nunca había besado a alguien tan bonito, sentí una revolución en mi estomago, nos besamos hasta que nos faltó el aire. Nos miramos, sonreímos y se fue. No se si hicimos bien, pero jamás olvidare lo que acaba de suceder. Había tenido amores en la vida, pero nunca como este, ojalá esto me baste para dejarla en paz.