Los días han pasado rápido y con el exceso de trabajo y ahora mis nuevas actividades, bueno en cierta manera digamos que he sobrevivido a mis situaciones. En estos días he intentado alejarme de Louis, no me gustaba mentirle sobre un tema delicado pero tenía que guardar el secreto de Miranda, ¿Estaré haciendo lo correcto? Digo solo yo se que esos dos se aman pero como dice Miranda, Louis se está adaptando a su nueva realidad que incluso lo veo tranquilo. Odio ser el tercio aquí, lo más ideal sería dejar las cosas como están.
—Hola Spock, necesito que mañana me acompañes a comprar un traje.— llego Louis para mi desgracia. —No aceptó un no como respuesta.
—¿Mañana? Es que.— estaba pensando en cómo salirme de esta situación.
—Es que nada. Eres mi padrino tienes que ayudarme, además que tú también tienes que comprar traje. La fiesta de compromiso es el próximo sábado, ¿Lo entiendes?
—Está bien, esta bien. Mañana iremos por tu famoso traje.— respondí rendido.
—Genial. Ahora encárgate de estos papeles, llénalos conforme a su hora de llegada, también sácales copia y guárdalos en estas carpetas, cuando termines los mandas a finanzas.
—Hecho, ¿Algo más jefe?—
—¿Cómo vas con la investigación en contra de Agave Palacios?—
—Todo bien, estoy reuniendo información bastante sólida, quise encargarme bien de todo así que te lo entregaré cuando me sienta feliz con todo.
—Pues no tardes en ponerte feliz porque necesitamos ganar ese caso. De igual forma pídele ayuda a Rebeca si necesitas algo.
—Lo haré, gracias.— me levante, le di una sonrisa falsa y salí de ahí directo al baño. Me costaba mirarlo a los ojos.
Le pedí ayuda a Rebeca para que mandara los archivos a fianzas ahora hemos compartido más el tiempo y cada vez más me hace sentir bien con su amistad, es una gran mujer y tiene mi respeto en todo. Hemos formado una buena amistad y es que ahora con mis terapias con el psicólogo he aprendido a conectarme con las personas sin sentir miedo, aunque perdí a Melanie siento que ella me dio un sentir en otro aspecto, aprendí a dejar ir, supongo.
—¿Cómo estás?— preguntó recargada en la puerta.
—¿Eh? Bien todo bien.— respondí acomodándome de posición.
—Pareces cansado de tanto trabajo, así será al principio Damián.— tomó asiento riendo.
—Se que iba a ser pesado lo entiendo solo que si cansa.— dije riendo.
—Los grandes finales no empiezan con un buen inicio, se tiene que luchar por todo en esta vida para lograr la victoria.
—Ya veo. ¿Así empezaste tu?— indague curioso.
—En mis tiempos era peor porque nadie quería a una mujer sabelotodo, el rango donde crecí estaba llenada de hombres y cuando una mujer es buena, pueden sentirse amenazados ante una.— comentó riendo.
—Y mira donde has llegado, eres socia del mejor bufete en Houston y ahora socia mayoritaria y dueña de otro bufete en nada más y nada menos que San Pedro Garza García. Eso es increíble, espero algún día lograr algo de lo que has hecho.
—Lograrás más cosas Damián, aunque como te dije una vez. Todo esto lo tengo porque me dedique ciento por ciento al trabajo, nunca me di oportunidad para mi familia.— respondió con la mirada triste.
—Creo que pudiste haber equilibrado muy bien las dos cosas, digo, una familia no es un impedimento para lograr algo en el trabajo.
—Lo se, claro que no lo es. Pero ser mamá demanda tiempo y calidad de amor, además que no era solo de tener un hijo.
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Una razón para quedarme.
RomansaSoy de los que piensan que existen grandes amores que marcan la historia de tu vida. Uno puede ser tu perdición y otro tu salvación. Dicen que en el corazón no se manda y estoy de acuerdo. Si uno eligiera de quién enamorarse todos seríamos felices y...