Abrirse

23 0 0
                                    

Me gustaría saber el significados de los sueños, dicen que todos lo tienen, pero a mi manera de ver las cosas, es más bien la conciencia que los imagina, juega mucho con nuestra mente y las emociones. Desperté tan cansado que no quería salir a correr, pero tenía que hacerlo, no podía quedarme despierto con mis difíciles pensamientos. Luego que regrese mi papá ya tenía hecho el desayuno, así que solo me prepare y baje a desayunar, me despedí de mamá y en menos de media hora ya nos encontrábamos en la primaria. Nos bajamos y caminamos hacia su salón, las mamás se me quedaban mirando, probablemente porque casi no me conocen y porque al parecer soy el único que anda con traje.

—Bueno preciosa, que tengas un lindo día, pórtate bien y haz caso en todo— estábamos en frente de la puerta, me puse a su altura, mientras depositaba un beso en su frente.

—Te quiero mucho tu también pórtate bien, no hagas nada malo.

—Ay perdón— interrumpieron nuestra despedida abriendo la puerta, era la maestra ex amargada, la verdad es que lucia muy linda hoy, bueno en realidad ella es linda, pero hoy tenía algo más, estoy delirando. —¿Todo bien?— me pregunto ansiosa, debí parecer idiota ahora. 

—Ah hola si. Buenos días. ¿Cómo están?— hice señas a su panza, que rápido crecía.

—Buenos días. Nosotras estamos muy bien, creciendo rápido y disfrutando. ¿Ustedes como están?—Cami salió corriendo con sus amigas. —Supe lo de su mamá, ¿Cómo sigue la señora Salma?— y ahora muy preocupada

—Que bueno me alegra por las dos. Nosotros bien y mamá bueno, sigue en casa mejorando.

—Gracias. Me alegro, por favor mándeme mis saludos y pronta recuperación, la verdad es que hace mucha falta por acá, pero primero la salud. 

—De su parte, gracias, la verdad es que si la aprecian aquí, ¿Cierto?— sonrío asintiendo

—Demasiado. Bueno usted debería saberlo, es una grandiosa trabajadora y ser humano genial, cuando llegue aquí fue la primera en recibirme con los brazos abiertos— la forma en como hablaba de ella era muy linda, eso generaba mi hermosa mamá

—Me da mucho gusto que reconozcan su labor, y que usted hable así de ella. Bueno, ¿Qué no puedo decir yo? Si soy su hijo, quizás no cuente mis comentarios pero es una increíble mujer, madre, esposa, siempre está para el que lo necesita, siempre entrega todo de si misma para su familia, es leal con los suyos, tiene el corazón más hermoso. Es sin duda una excelente mujer y ante mis ojos la mejor mujer y las más importante— después de lo que dije, se quedó en silencio varios segundos, al final sonrío tiernamente.

—Wow, es, es increíble como habla de su mamá, es muy lindo todo lo que dijo—

—Gracias pero, ¿Qué, acaso no lo dicen todos los hombres de sus mamás?— pregunté incrédulo

—Oh créame que no, ni tantito, ahora todos son unos imbéciles que pretenden— comenzó a decir furiosa, vio mi reacción y se quedó callada. —Nada, olvídelo.

—¿Qué estaba diciendo? Adelante la escucho—

—Nada, olvídelo. Bueno ya es hora de irse, se le hará tarde— se dio la media vuelta y se fue, no entendí nada así que me fui al despacho, me quede pensando toda la mañana en su cambio de actitud.

—Tierra llamando a Damián Navarrete, ¿Estás ahí?— me hacía señas extrañas Gustavo.

—¿Eh? Si claro aquí estoy. ¿Que haremos?

—Si claro— me respondido curioso. —Bien anoche la pasamos genial, pero necesitamos investigar esos números. No se porque tengo la ligera sospecha de que Alan oculta algo.

Una razón para quedarme. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora