Increíble noche la de anoche tratando de poder asimilar todo lo qué pasó, desde la pelea, luego la reconciliación, las bebidas, el mariachi y finalmente la llamada que tuve con ella. Ni en mis viajes más largos podía sacarla de mi mente.
Nos encontrábamos sentándola los tres en la sala de abordar guardando silencio sobre lo qué pasó anoche además con resaca.
—No hace falta que nadie hable de lo que dijimos o pasó anoche al regresar a la ciudad, ¿Lo entendieron?— nos cuestionó Louis serio.
—Guardaremos nuestros pensamientos para nosotros tres y no saldrá nada— prometió Gustavo e hice lo mismo.
Luego de dos horas de viaje con un poco de turbulencias nos encontrábamos de regreso en nuestra ciudad. En vista de lo sucedió con la demanda, intentamos que se detuviera hasta que encontráramos pruebas en contra de la compañía y estaba seguro que pronto sería.
Pronto regresamos a nuestras respectivas casas, cuando llegue a la mía me recibieron felices pero no tardaron las peleas típico en la familia con mis hermanos. Por fortuna mi mamá me estaba preparando mi comida favorita.—¿Cómo estuvo el viaje hijo? ¿Cerraron el caso?— cuestionó mi papá tomando asiento a mi lado.
—No del todo pero estábamos en proceso, de complicó aún más. Se que todo saldrá bien pa.
—Se que si hijo, recuerda que si las cosas se hicieran fáciles cualquiera las haría. Ánimo mijo— me dio un corto abrazo.
—Gracias papá— le continué el abrazo.
—Por cierto, hoy hay partido clásico y compre unos boletos, ¿Vienes con nosotros?—
—Cuando sea béisbol o fútbol sabes que siempre dire que si papá, ya lo necesito, ¿A qué horas nos vamos?— pregunte tomando asiento en el comedor.
—El partido inicia a las 4:00PM pero sabes que nos iremos en media hora.
—Está bien. Omar espero no hayas tomado mi camiseta de Tigres UANL.— me dirigí a él.
—¿Yo? Creo que mamá la tiro— me dijo con bromas.
—¿Mamá la tiraste?— pregunte indignado.
—Y tú de menso que le haces caso a lo que digan, está en tu cuarto.
—Síguele y te rompo la boca— bromeando le conteste a Omar. Y todos terminamos de comer como la familia y nuestros domingos.
Luego de varias horas nos encontrábamos en el estadio UANL apoyando a nuestro equipo, desde pequeños los amantes del fútbol te enseñan los dos equipos a los cuales debes pertenecer en Nuevo León, tienes dos opciones y una es Monterrey y otro Tigres UANL, es como si el estado fuera mitad y mitad y la pasión del fútbol era muy extrema. Mi familia siempre siempre fue Tigre el mejor equipo de aquí y de los 5 grandes de México y por ende nosotros también. En esta ocasión vinimos sólo mis hermanos y mi papá, mamá y Camila fueron a otro lugar no dijeron dónde pero fueron. Amaba venir al estadio con mi familia era lo mejor, los gritos, las porras todo era especial con ellos.
—¿Una cerveza Damián?— me pregunto mi papá.
—Por favor papá—le pedí amablemente y me la entrego. —Dale, dale, córrele— le gritaba al jugador para que anotara.
—VAMOOOOOOOOOOS— gritó Carlitos mientras la afición se volvía loca.
—GOOOOOOOOOOOOOOOOOL— gritamos todos levándonos feliz celebrando nuestro equipo que iba ganando.
—¿Vieron ese golazo? Pinche golazo fuera del área— les dije feliz mientras tomábamos asiento de nuevo.
—Literalmente se la voló con ese gol, y tenía a tres por delante, es un crack— comentó Edgardo riendo.
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Una razón para quedarme.
RomanceSoy de los que piensan que existen grandes amores que marcan la historia de tu vida. Uno puede ser tu perdición y otro tu salvación. Dicen que en el corazón no se manda y estoy de acuerdo. Si uno eligiera de quién enamorarse todos seríamos felices y...