Una razón para quedarme.

Me arruinaste

Apenas recuerdo cómo pude regresar a casa anoche después de la despedida dolorosa de Melanie. Quise pensar que todo era parte de un sueño pero no fue así, y lo peor de todo es que me dolía la garganta, creo que si terminaré enfermándome pero valió la pena, todo por ella vale la pena.

No quise bajar a desayunar preferí quedarme en mi habitación viendo televisión, solo quería dormir al menos de esa manera dejaba de doler todo lo demás.

—¿Damián? ¿No vendrás a desayunar?— me pregunto Omar mientras abría la puerta.

—No tengo hambre.— le dije y salió de mi vista.

Decidí volver a dormir y quede rendido con se cuanto tiempo paso pues me volvió a hablar mi hermano pata bajar a comer, pero negué nuevamente. No tenía humor de hablar, comer o hacer algo en específico. Tome mi celular y comencé a ver mi galería de fotos, vi unas que me encantaron y me derretían el alma eran de la pequeña Ariana, de todo corazón les deseaba lo mejor a ellas tres, que fueran felices siempre.

Comenzaba a dolerme el cuerpo así que me quede dormido por completo, hasta que mamá interrumpió mi habitación.

—¿Damián?— murmuró lento. —Son las 4 de la tarde, ¿No te piensas levantar a comer?— se dirigió a mi mientras me movía en mi cama.

—No tengo hambre.— dije volviendo a cobijarme pero ella me quitó las sábanas.

—Debes de comer algo, no desayunaste ni has comido nada desde ayer, ¿Estás bien?—

—Me siento un poco mal, quizás perdí el apetito. Intentaré dormir para mejorar.

—¿Pasó algo?— me pregunto preocupada.

—Solo tengo sueño mamá, quiero estar solo y dormir, ¿Puedo?— pregunté molesto.

—Esta bien hijo, solo quiero que sepas que aquí estaré cuando quieras hablar.— me dio un beso y salió de mi habitación.

Hay momentos en la vida de todos en donde no queremos hablar con nadie, ni ser molestados por ninguna persona. Solo queremos estar con nosotros mismos, y este era mi momento.

Luego de horas en el mismo lugar decidí tomar internet y hacer algunas investigaciones del universo y sus misterios, era una buena forma de dejar de pensar en mis asuntos.

Amaba investigar sobre estos temas, era Yam interesante e increíble todo lo que sucede en el espacio, si no hubiese estudiado para abogado hubiera sido astronauta o piloto, así defino mis gustos en el espacio y las carreteras.

Mientras escribía algunos detalles de lo que estaba investigando cayó por accidente mi lápiz y me agaché a recogerlo, fue ahí cuando luego de tanto tanto tiempo puede ver el cajón en donde tenía mis cosas especiales, y para ser más exactos la carta que alguna vez Danielle me escribió. No podía dejar de mirarla así que a saque y la coloqué frente al escritorio, no sabía si abrirla o dejarla ahí.

Luego de pensar tanto decidí abrirla y una sensación distinta recorrió mi mente, no era lo mismo que hace meses cuando la abría con el corazón roto. La leí tres veces intentando sentir algo más allá de dolor, pero no fue así. Y fue entonces cuando entendí lo mas importante.

—Estoy seguro que ya no te amo Dani, ya no como hace un año. Pero tengo miedo de verte, porque no sabré cómo reaccionar.— murmuré despacio. —Espero seas lo suficientemente feliz, para poder verte y continuar con mi vida, de lo contrario volvería a ti como un imán.—

La guarde cuidadosamente y la regrese al lugar donde ha pertenecido desde que volví, tenía distintas emociones, pero en definitiva ninguna como hace un año cuando llegue con el alma rota.