El negocio

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Recién acaba de terminar el primer seminario de derecho, la verdad es que estoy agotado, he aprendido mucho no me quejo, se que pronto todo esto dará grandes frutos. Me dirijo a la cocina del buffet por un café, ya lo necesitaba.

-Quiero que me acompañes esta noche a una reunión, quiero presentarte a alguien- llega Miranda y se sirve un café

-Encantado. ¿Es formal, informal?

-Deberías acostumbrarte a que todo es formal en este ambiente, no con cualquier persona sales por un café o invitas a tu casa.

-Vale entiendo. ¿A qué cliente veremos?- pregunto dudoso

-No es cliente. Te espero en el lobby a las 8pm.

-Que estarás tramando. Esta bien, ahí te veo. Por el momento, ¿que tenemos?

-Decidí darme un relax y le asigné a Louis un caso que ya terminó. ¿Ya terminaste el primer seminario?

-Si, creo que ha sido una maravillosa experiencia, agotadora pero fructífera.

-Me alegra que aproveches todo esto. Tienes actitud y personalidad para ser un abogado exitoso. Bueno, no lo olvides, a las 8 en punto.

La mayor parte del día estuve con Louis, me estaba dando consejos y trucos viejos que utilizan los abogados, nada sucio, todo por la ley. Regrese a casa para tomar una ducha y arreglarme, tenía que estar presentable, supuse que Miranda me iba a presentar a alguien importante. No había nadie en casa, Daniela estaría en el trabajo, los niños los lleva con ella, ahí tienen guardería, Ignacio habría salido para la ciudad. Llame a mi familia, siempre es un placer escuchar sus voces y peleando por quien toma el teléfono. Termine y me metí a bañarme, tomé un traje y me lo coloqué, ahorita le avisaría a Danielle que saldré, estaba peinándome cuando tocan la puerta.

-Hola, estás aquí? -su voz imposible de olvidar

-Claro, pasa- abre la puerta y se queda en silencio y sonríe

-Estas muy guapo. Y hueles riquísimo. No sabía que ibas a salir- dice apenada pero con un tono de autoridad

-Gracias, tú estás más bella sin necesidad de nada de estas tonterías- sonrío. -Tengo una reunión con una abogada, iba a avisarte apenas.

-Gracias por el halago. Órale, me imagino que es algo muy formal.

-Algo así. Me siento un pingüino- comienzo a reír

-Un poquito si pareces. ¿Es esa mujer que se acerco la otra noche al restaurante?- me dice

-Esa misma. Es una de las socias del buffet, ha sido muy amable conmigo, lo cual agradezco para un novato como yo.

-Excelente. Pues ojalá disfruten mucho su noche.

-Seria muy egoísta de mi parte pedirte que me esperes esta noche, pero quisiera estar un tiempo contigo, te he extrañado mucho.

-Pues si llegas muy tarde quizás termine dormida. Si tienes suerte me podrás encontrar despierta.

-Espero tener suerte. Descansa.

Me acerco a abrazarla, y le doy un beso en la frente. Salgo de la habitación y me voy a buscar a Lucia, se ofreció a llevarme, durante el camino íbamos platicando de la vida, de su familia, yo le preguntaba cosas despistadas acerca de Danielle y los niños, es una gran mamá y abuela. Llegamos y me despido de ella, ya me encuentro en el lobby a las 7:40pm, es mejor llegar temprano que tarde. Dieron las ocho y yo estaba platicando con el guardia cuando la veo salir del elevador, se limita a verme y sonríe. Nos dirigimos hacia el restaurante en su coche, estaba lloviendo un poco, el clima era agradable. Llegamos y nos pasaron inmediatamente a nuestra mesa. Ella pidió vino y yo agua mineral.

Una razón para quedarme. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora