Recuerdos

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El tiempo es el mejor medio para superar cualquier cosa, eso dicen. Louis se estaba reivindicando, estaba volviendo a ser el mismo pero tenía el mismo objetivo de siempre.

—Una pregunta, ¿Cuándo vuelve Miranda? Solo ha venido pocas veces en estos últimos seis meses.

—Bueno Damián ella está solucionando cosas en el buffet en Houston.

—Si entiendo pero casi no ha pasado tiempo aquí, antes decía que prefería estar aquí en México que allá. Son muchísimos meses.

—Prioridades son prioridades. Y te vas a ir acostumbrando que así será en los próximos meses, vendrá pocas veces.

—¿Tan ocupada está?—

—Demasiado.— dijo nervioso. —Bueno ya hora de trabajar. Llegó un nuevo caso, por favor hazte cargo con Gustavo yo no tengo cabeza para nada.

—Está bien. ¿Todo bien contigo? Te he sentido algo raro y diferente.

—Si todo bien. Hazte cargo.— le ordeno serio.

Tan pronto recibió el nuevo caso se puso a la orden con Gustavo comenzando a trabajar en el lo más rápido posible. Era algo fácil pero igual tendrían que manejarlo con mucho cuidado, como la mayoría de sus casos.

—Hey Damián. Este sábado vamos a un rico bar, vendrán unas amigas guapísimas de Guadalajara.

—¿Acaso no hay algo más que no sean mujeres en lo que pienses Roberto?

—Realmente no. Las mujeres son lo más bello qué hay en este mundo, ¿Por qué despreciarlas?

—Yo no las despreció. Concuerdo contigo con que son lo más bello pero también relájate un chingo, pareces jardinero queriendo plantar una rosa en cada jardín.— todos soltaron la risa.

—El mundo debe estar muy bien cuidado y si debo ser jardinero lo haré.— guiño un ojo.

—No le hagas caso a Robert. Por eso Rebeca jamás estaría con él.

—De acuerdo contigo Ignacio.— soltó riendo.

—Rebeca, ay Rebeca es la única que nunca me ha aceptado. Pero ya verán que muy pronto andará babeando por este bombón.

—Estás bien loco.— comentó Damián riendo.

—Entonces que wey, ¿Vamos? Ignacio se hace el loco pero bien que confirmó.

—Pues conmigo no cuenten. Tengo planes con mi novia.—

—¿Tú novia? Ay perro antes hablabas.— rieron.

—Felicidades Damián.— dijo Nacho.

—Gracias Ignacio.—

—No pues a la novia toda la atención que no se le puede dar entre semana.— golpeó su hombro.

Cuando menos pensaron el fin de semana llegó así mismo la famosa reunión entre la pareja nueva. Melanie se había encargado de rentar una cabaña cerca de las afueras del estado, son muy usuales en un área llamada "Cerro de Chipinque", hay cabañas y áreas recreativas para acampar, todo muy perfecto. Llegaron y lo primero que hicieron fueron recorrer un poco el área. Las horas pasaron encontrándose de camino a la cabaña pasando por el área recreativa.

Melanie se adelantó pero algo capturó la atención de Damián al mirar al rededor del área, había algunas familias acampando, había muchas fogatas con niños gritando de la felicidad, era imposible que no recordara aquella vez donde por primera vez llevó a Danielle y los niños a acampar, aquella vez donde pasaron el día buscando piedras especiales, jugando entre el agua, corriendo, encendiendo la fogata y todos juntos comiendo y asando bombones con aquellas historias locas que se inventó, entre risas y gritos al ver a los niños felices. Aquellos cuentos, aquella conversación única y especial que tuvo con Danielle, donde se abrió y expuso miedos a ella, cuando le abrazó y le besó, cuando seco sus lágrimas. Tantas cosas que pasaron por su mente en cuestión de minutos invadiendo sus pensamientos y su corazón, su vida a decir verdad. Solo se dedicó a permanecer ahí observando todo mientras su mente viajaba entre los recuerdos.

Una razón para quedarme. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora