Una razón para quedarme.

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Días que han pasado más rápido que otros más, mucho trabajo en la oficina y las clases de francés rápidas, conseguimos un nuevo cliente, el señor Uriel decidió que la firma lo representara a él y su fundación, así que logramos llevar a alguien más al despacho. Hemos estado trabajado en casos los chicos, Gustavo y yo, éramos un excelente equipo.
Después de tanto trabajo me relajo con mi familia, iban a hacer carne asada así que ayude a papá a preparar el asador. Luego de unas horas ya teníamos todo listo y tocaron el timbre.

-Hola Damián, ¿Cómo está mi abogado favorito?- se acerca mi tío Javier con su bella familia

-Padrino, que enorme gusto verte hoy a ti y a tu familia- comienzo a saludarlos a todos, toman asiento y comienzan a hablar con mis papás.

-También tenía tantas ganas de verte campeón, ¿Cómo te ha ido en el despacho?- tomamos asiento lejos de todos.

-Excelente excelente, trabajando cada día y noche para lograr mis objetivos tío.

-Y me alegro tanto campeón. Tu mamá me dijo que fuiste a la escuela, ¿Por qué no me fuiste a ver?

-Estaba cerrada tu puerta principal, y tuve unos inconvenientes.

-Entiendo hijo. Quiero hablar contigo de un tema serio, espero después de la cena podamos hablarlo, ¿Te parece?

-Si padrino con todo gusto, ahora vamos a convivir con ellos si no quieres que se pongan a reclamarnos- le digo mientras reímos y caminamos hacia la mesa.

-Tía hermosa Amalia, cada día más bella, igual que estas muchachas- saludo a la esposa del padrino, somos tan cercanos que nos llamamos tíos y sobrinos.

-Mi abogado más guapo y favorito, ¿Cómo te está yendo en el despacho?

-Excelentemente bien, con mucho trabajo pero ganas de comerme al mundo a pedazos.

-Me alegra corazón, me alegra ver a mis sobrinos consentidos- comenzamos a comer mientras disfrutábamos de los éxitos antiguos musicales, "mis primas" estaban jugando con mis hermanos, y nosotros por la mesa platicando de las cosas de la vida. Pasamos la tarde en risas como siempre lo hacíamos, llegó el momento de sacar la lotería y estaba jugando todos, yo fui por un vaso de agua a la cocina.

-Hola campeón- llegó mi tío y se sentó en la sala.

-Ahora si padrino, dime de qué querías hablar conmigo.

-En realidad esta vez te busco más como abogado que como sobrino- me estaba preocupando sus problemas legales.

-¿Está todo en orden contigo?- me acomode preocupado.

-No no te preocupes, no estoy en problemas- comenzó a reír y sentí un gran alivio.

-Me dejas respirar. Bueno ahora si cuéntame.

-Mira te explico. Damian yo ya tengo 50 años de edad,30 años de servicio de maestro. En todo este tiempo he pensando que quiero hacer algo más antes de morirme, quiero realizar el proyecto que tengo desde que inicie mi carrera.

-Wow 30 años de servicio, es increíble padrino. ¿Un proyecto? Pero tú ya eres director de una escuela, ¿qué más puedes necesitar?

-Se dicen fáciles pero no lo fueron. Lo sé, pero desde que empecé la carrera quise hacerlo y estuve esperando a la persona correcta para cumplirlo, y la tengo- me recordó a Louis y Miranda conmigo, ese famoso proyecto por el cual estoy aquí de abogado en un grandioso despacho.

-Háblame más de este proyecto. Quiero saberlo todo- lo veía ilusionado y entusiasmado que no podía arruinar sus sueños.

-Queremos hacer nuestro propio colegio- es lo menos que esperaba que dijera. La diferencia entre un colegio y una escuela normal, es que el colegio es privado, y la escuela son públicas por el gobierno. En el colegio los padres pagan una cuota mensual un poco cara.