Conversaciones Profundas

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Una de las cosas que más disfruto en la vida son las motocicletas, aunque mis papás las odian y es entendible pero es un gusto que tengo por ellas. Me encanta sentir la adrenalina y al subirme en ellas me siento increíblemente bien. Cada vez que me subo en una mi mamá se quiere morir, así que por eso mismo trato de no hacerlo delante de ella.

-¿A donde iremos hoy?- me pregunta Louis mientras manejo.

-Iremos al Autódromo, es de mis pasatiempos favoritos.

-Tienes muchos pasatiempos, el mío es ver porno.

-No mames Louis- comenzamos a reír. -Tengo varios, amo las motos, ¿Te has subido a una?

-¿Qué? No inventes Damián, ni loco me subo a una de esas.

-No seas nena- aparcó el coche y bajamos nos dirigimos hacia la entrada.

-¿Por qué no eres una persona normal y tienes gustos normales como los míos?

-¿Cómo el porno?-

-Es de lo más natural qué hay en el mundo. Son peligrosas esas cosas.

-Cálmate abuelo, solo daremos una vuelta. Si quieres puedes tener un Go-Kart si gustas princesa- busco la moto que siempre tengo.

-Ja ja que gracioso eres idiota.

-Don Diego buenas tardes, ¿Cómo estamos?

-Damián mijo hace mucho tiempo que no te mirábamos todos bien por acá y ¿Tú cómo estás mijo?- Don Diego era el encargando de aquí, tengo años de conocerlo y es un buen hombre.

-Me alegra verlo otra vez, ya estamos aquí de vuelta listos para la adrenalina. El es mi amigo Louis- se presentan y se saludan. -Ya sabes cual me gusta, mi juguete favorito. Y para el un Go-Kart- terminamos riendo mientras nos entregan las motos.

-¿Listo Louis? Tu dale tranquilo si quieres, yo necesito algo de adrenalina por toda la carga de estrés- me coloco el casco y el igual.

-Con mucho cuidado Damián, soy responsable de ti imbécil, no te quiero muerto.

-Tranquilo abuelo, vámonos- me subo a la moto y emprendo el viaje. Al principio iba normal, a lo lejos miraba a Louis con el Go Kart, que nena. Me hacía sentir libre el volver a las motocicletas, desde pequeño las amaba y he querido comprarme una, pero mis papás son muy difíciles de convencer, aunque de pequeño no decían nada por regalarme motos de juguete. El sentir el aire a toda velocidad, la vista hermosa, la energía increíble que se siente, todo era perfecto. Di varias vueltas, veía a Louis intentado manejarlo, le dieron una lección antes y creo que al final supo manejarlo, me reía de tan solo verlo intentarlo con mucho miedo.

Después de una vueltas más regrese al inicio de la carrera, ahí se encontraba Louis estaba devastado y eso me mataba de risa porque solo estuvo 10 minutos y regreso al inicio

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Después de una vueltas más regrese al inicio de la carrera, ahí se encontraba Louis estaba devastado y eso me mataba de risa porque solo estuvo 10 minutos y regreso al inicio.

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