Inexplicable

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Estas noches han estado llenas de pensamientos y bueno también insomnio. Y ante eso, luego de tantas desveladas incluso termine el libro que me ponía a leer, estuvo interesante, otro agregado a la lista. Desperté más animado, aunque cansado, pero decidido, después de pensar muchas cosas. Sobre el caso que estoy llevando con Louis bueno aún no se resuelve, las volvimos a reunir y se la pasaron ofendiéndose y gritando, tanto el como yo terminamos frustrados y molestos, pero teníamos que terminar ese caso. Pero bueno ya llegarán mejores momentos supongo.

Como buen sábado decidimos hacer una discada norteña en familia, invitamos a Louis como debía ser, el y mi papá eran muy unidos, se llevaban genial. Mis papás estaban haciendo la discada afuera, mis hermanos jugaban con la pelota, Camila en su alberca inflable, y yo aquí lidiando con este tonto.

—¿Entonces que tienes planeado? ¿Una cena?— estaba ayudándole a Louis con su propuesta de matrimonio.

—No se que hacer, no se que es perfecto, no se que le gustan a las mujeres— comenzó a ponerse nervioso.

—Louis, Louis tranquilo hombre, no pasa nada. Mira, Miranda llega mañana, la opinión de una mujer siempre es importante, apuesto a que ella dará el toque sutil y femenino.

—Si tienes razón, nada como tener la ayuda y el apoyo de mis dos mejores amigos.

—Ya ves, todo tranquilo. Cuando menos lo esperes ya estará caminando en el altar con esa hermosa novia— le idealize su sueño.

—Sueño con eso. Y tu serás mi padrino.

—Claro que si. No existe nadie más que yo para ocupar ese lugar, soy el mejor.

—No puede ser, se te está subiendo a la cabeza ser como yo.

—¿Cómo tú? Soy mil veces mejor, el alumno supera al maestro, no me olvides— me coloqué los lentes de sol.

—Eso quisieras, pero primero fue lunes que martes— también se colocó sus lentes oscuros, nos miramos desafiándonos y le lance un globo con agua en la cara. —Mis lentes Damián— grito y me comenzó lanzar más globos.

—Uy perdón su alteza— le volví a tirar agua, cuando menos lo esperamos mis hermanos iniciaron una guerra de globos con agua y todos comenzamos a jugar y correr, como niños chiquitos. Louis cargaba a Camila y la alzaba como si fuera a volar, ella reía como nunca y todos disfrutábamos de esa hermosa sonrisa, era el alma de esta casa. Disfrutamos de la discada en familia, entre pláticas y anécdotas graciosas.

—Es lo mejor que he probado, esto esta buenísimo, me encanta la combinación de ingredientes— parecía Louis niño chiquito probando cosas nuevas

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—Es lo mejor que he probado, esto esta buenísimo, me encanta la combinación de ingredientes— parecía Louis niño chiquito probando cosas nuevas.

—Me alegra que te guste, es algo muy rico que seguido hacemos— le respondió mi mamá.

—A la próxima la harán ustedes— nos ordeno papá y todos seguimos el juego. La tarde se pasó muy rápido, y como no si era pura risa y diversión con toda mi familia. El atardecer se asomaba y supe que debía irme.

Una razón para quedarme. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora