Debía aclarar mis pensamientos y mi mente, no puedo cometer ninguna tontería en estos momentos. Fui al baño y me limpié el rostro, al menos con el café se me quitó el sueño. Estuve más de media hora afuera caminando entre los pasillos del hospital, viendo uno que otro familiar por ahí vagando. Me pregunto si estarán el la misma posición que nosotros, no, lo dudo.
—¿Se puede?— susurre despacio abriendo la puerta. Estaban dormidas las dos, se quedó en su regazo, eran preciosas. Apague la luz y las tape un poco. Luego tome asiento en el sofá y cerré los ojos unos minutos.
—Hola— susurró despacio abriendo los ojos.
—Eso no debe estar cómodo— me reincorpore rápido.—Es más cómodo de lo que crees. ¿Cómo les fue?— pregunte curioso.
—Creo que nos hacía falta tener este momento para nosotras, estamos conectadas—dijo muy despacio.
—Me da mucho gusto, eso necesitaban.
—Mucho. Oye, no quiero ser molesta pero, ¿Sabes algo de mis papás o familia?— comenzó a golpear lentamente la espalda de Ari.
—Tocas un buen tema porque necesito ponerte al tanto de todo lo que he hecho, de una vez para evitar confusiones.
—¿Sucedió algo? Dime todo por favor, no se nada de lo que está pasando.
—Tranquila todo está bien. Al llegar al hospital llame a tus papás, les avise de todo pero una tormenta cayó en el rancho, es la que está aquí ahora, no creo que puedan conducir a esta hora, quizás lleguen en la mañana. Pero los he mantenido al tanto de todo, incluso si no te molesta les envié una foto de la bebé.
—Es una lastima que no estuvieran aquí, ellos ansiaban ese momento— susurro bajo. —¿Cuál foto le enviaste? ¿Puedo verla?— pregunto
—Me imagino que si, pero te enviaron todo el amor y bendiciones a las dos. Claro que puedes verla, es tuya, es tu hija, mira aquí está, fue cuando estaba haciendo gestos— su mirada se derritió.
—Ay mi vida que hermosa Damián— dijo sonriendo queriendo llorar. Apenas podía con la bebe y limpiarse las lágrimas.
—Haber déjame poner a la bebe en la cuna, permíteme— le pedí y me entrego a la bebe, la tomé cuidadosamente y la puse en su cuna. Cuando gire a verla estaba llorando más, no quería verla así. —Hey no, no llores— me acerqué a ella tomando asiento encima de la camilla.
—Lo siento, es que me siento muy sensible ahora, todo estaba planeado, ellos iban a estar conmigo, solo es eso— comenzó a llorar más, no soporte nada y la atraje hacia mi, dándole un fuerte abrazo.
—Si pudiera hacer que ellos estuvieran aquí en lugar de mi, créeme que lo haría rápidamente, ya tranquila Melanie— nunca la había visto tan sensible, supuse que era normal.
—Tu no eres el problema Damián— dijo limpiando sus lágrimas. —Es solo que me siento sola— vaya eso si dolió.
—Lo siento— dije pensando, vaya comentario. Ella se limpió y me miro rápido.
—No me mal entiendas, lo que quiero decir es que ellos iban a estar aquí porque nos quieren, pero tú estás aquí casi por obligación, es solo eso.
—Te equivocas Melanie. No estoy aquí porque me están obligando, estoy aquí por otros motivos— dije levantándome rápido.
—¿Cuales motivos Damián?— comenzó a limpiarse las lágrimas. No podía más. —Eres un caballero, solo eso—
—Quizás estoy aquí porque realmente quiero hacerlo, jamás me perdonaría dejarte sola. Y aunque tus papás me lo pidieron, desde el inicio te dije que no me iría.
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Una razón para quedarme.
RomansaSoy de los que piensan que existen grandes amores que marcan la historia de tu vida. Uno puede ser tu perdición y otro tu salvación. Dicen que en el corazón no se manda y estoy de acuerdo. Si uno eligiera de quién enamorarse todos seríamos felices y...