Pasa más rápido una semana que un caso, así mi vida en la actualidad. Lo de anoche no me dejó dormir muy bien, me mantuve ocupado leyendo en la madrugada, era algo que tenía aún, no podía conciliar el sueño correcto. Y bueno, por la mañana Camila despertándome bueno fue algo distinto.
Por la mañana toda la familia fuimos a desayunar a nuestra taqueria favorita "El tío" venden las mejores gorditas, tacos de harina, todo delicioso. Y al regreso Omar y Edgardo se preparaban para ir sus partidos de fútbol.
—Oye Damián, ¿Si te volverás a meter al equipo de béisbol?
—Si quiero papá. Hablaré con ellos para ver si aún hay lugar.
—Bueno hijo me avisas cualquier cosa. Es hora de irnos, OMAR, EDGARDO, vámonos— era su partido inicial y teníamos que apoyarlos.
Al final llegamos al pequeño estadio, el partido inicio y primero jugó Omar y su liga, estuvo entretenido porque querían pelearse y eso a mi me divertía, el idiota de Omar provocó un penal y anotaron para ganar.
—Felicidades baboso, buen trabajo— llegó y chocamos los cinco. —Dale Edgardo venga con todo, mete todos lo goles wey.
—Vamos Edgardo—Grito mamá y Camila, al fin porristas.
Los partidos terminaron bien, bueno ambos equipos ganadores de parte de mis hermanos, yo como siempre gritándoles al igual que papá, a veces se ponían mensos pero ahí estábamos siempre. A mi también me gusta el fútbol y mucho, a veces lo juego, pero me inclino más hacia el béisbol, estuve en equipos y bueno es más lo mío, hablando de eso tendría que ir a reunirme con el equipo para ver si todavía hay oportunidad de jugar.
—Felicidades baboso— les dije riendo a mis hermanos, estaban sudados y cansados.
—Esos son mis hijos— sonrió papá abrazándolos. —Vamos a casa para festejar, vendrán los del equipo.
—¿Habrá fiesta?—pregunte curioso
—Solo irán Diego, Alan, Hassan, Juan, Kevin y sus familias, algo tranquilo— dijo mamá riendo pero todos sabíamos que nunca eran fiestas tranquilas, al fin mexicanos.
Volvimos a casa y todos comenzaron a ordenar la casa, preparar el patio con mesas y sillas, la bocina, el carbón todo listo. Se iba a poner padre pero yo tenía otros planes, así que me arreglé y luego baje.
—No sabía que ibas a salir Damián— dijo mi mamá mientras se acercaba.
—Apenas iba a avisarles, saldré tengo una reunión, pero regreso en la noche— bese su frente y me despedí de todos.
—Ten mucho cuidado, aquí te vamos a esperar, avísame cualquier cosa Navarrete.
—Si mamá descuida adiós te amo— como siempre de protectora.
Emprendí mi camino hacia casa de Melanie, luego de una media hora me encontraba frente a su casa. Decidí bajar y tocar el timbre, me recibió su mamá hermosa.
—Hola Damian, que gusto verte de nuevo, ¿Cómo has estado?— me pregunto sonriente.
—Hola Rebeca, muchas gracias el gusto es igual. Todo bien, ¿Usted, su familia?—
—Me alegro hijo. Aquí todos bien. Ahorita viene Melanie, está dejando dormida a Laila.
—Que bueno Rebeca. Si esta bien, yo espero— comenzamos a platicar sobre otras cosas, una señora de unos 50 años quizás, pero muy linda.
—Mamá, ah hola Damián— su sonrisa apareció al igual que la mía. Lucia realmente hermosa con ese conjunto. —Vendré pronto mamá, gracias por cuidar a Lai, se quedó dormida pero no tarda en despertar ya sabes donde están sus cuentos o sus programas.
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Una razón para quedarme.
RomanceSoy de los que piensan que existen grandes amores que marcan la historia de tu vida. Uno puede ser tu perdición y otro tu salvación. Dicen que en el corazón no se manda y estoy de acuerdo. Si uno eligiera de quién enamorarse todos seríamos felices y...