Se acabo.

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Aquella noche fue la última vez que se vieron las caras los tres mejores amigos. La pelea había sido fuerte y a éste pasó ni Louis ni Damián querían demostrar debilidad al pedir disculpas. Creían que habían sido claros con las palabras compartidas en el departamento.

—¿Simplemente renunciaste?— pregunto nerviosa.

—Si mamá. No te preocupes, voy a conseguir un nuevo empleo sólo buscaré algún despacho o donde requieran un pasante.

—No entiendo nada, ¿Qué fue lo qué pasó?

—Hubo un problema con Louis y Miranda, créeme que las cosas son mejores así.

—¿Mejores para quién? Porque tú la estás pasando mal y se nota. ¿Te hicieron algo malo?

—No papá, no del todo.— murmuró bajando la mirada. —Solo quería que lo supieran por mi primero, descuiden que buscare un trabajo muy pronto.

—No se trata de eso, se trata del problema que tuvieron. ¿Fue muy grave?

—Solo un par de mentiras. Ya no pasa nada igual algún día tendría que pasar.

—Te desconozco Damián. Ellos dos son tus mejores amigos, lo dijiste mil veces e incluso familia.

—Pues así es la vida mamá.

—Me niego a entender que fue lo qué pasó, no puede terminar todo así.— cruzo sus brazos.

—No hay nada que entender simplemente paso como pasan las cosas.— se levantó de la mesa caminando hacia las escaleras. —Ah no, tú te sientas y nos dices todo.

—Estoy cansando ma.

—Damián Navarrete ven para acá.

—Hazle caso a tu mamá, te regresas y tomas asiento.— ordenó serio haciéndole volver al lugar donde estaba hace pocos segundos.

—Hijo por favor confía en nosotros, cuéntanos tus problemas, nos importas. No queremos que pases nada solo.— tomó su mano dándole la cálida sonrisa de mamá protectora.

—Ya lo hemos hablado Damián, se que te cuesta expresar los problemas y no nos quieres preocupar pero cuando no lo haces nos preocupas más.

—Está bien, lo menos que quiero es que se preocupen por nada.— dio un gran suspiro. —Lo qué pasa es que discutí con Louis y Miranda porque prácticamente me han utilizado todo este tiempo, me han mentido y todo para su propio beneficio.

—¿Cómo pasó eso? Explícate por favor.

—Ellos desde antes de conocerme tenían una "apuesta" por así decirlo con los socios del despacho allá, cuando llegue a su vida confiaron en mí y crearon un plan para prepararme. La primera prueba fue allá en Houston y luego me mintieron diciendo que sería el sueño ideal que yo trabajara aquí en el despacho que ellos iniciaron, lo cual la realidad es que estar aquí fue la prueba final.

—¿Prueba final?— preguntó su mamá.

—Todo esto es muy confuso.— suspiró llevando las manos a su cabeza. —Ellos no quieren que me quede aquí en México para ejercer mi profesión.

—Entonces, ¿Qué quieren?

—Quieren que me incorpore a su despacho en Houston, Texas. De esa forma ganarían su estupida apuesta.— ambos se quedaron en shock.

—¿Irte? ¿De nuevo? ¿Por qué?

—Ellos me quieren allá y dicen que aquí no puedo desperdiciar mi potencial. Me dijeron que aquí en México no podré ser justo porque la ley y el sistema están podridos, me metieron miedo diciendo tonterías que no quiero aceptar. Piensan que un abogado es peligroso en estos tiempos aquí.

Una razón para quedarme. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora