Después de un largo tiempo, quede profundamente dormido hasta que escucho voces. Volteo hacia la ventana y me doy cuenta que estamos a punto de aterrizar, las azafatas indican que nos pongamos el cinturón y eso hago. Minutos después todos se encuentran haciendo fila para bajar, yo decido esperar, no les puedo negar que siento una emoción increíble por regresar a casa, mi hermoso México, mi hermosa ciudad. Preparo mis cosas y tomo mi mochila en mano, y salgo del avión. Volteo a ver todo, las personas todo, sigue igual que casi un año. Estoy listo para ver a la gente que más amo en este mundo, me dirijo hacia el carrusel a recoger mi maleta. No sabía a qué horas iban a venir, se supone cuando hable con ellos por última vez estarían puntual aquí, volteo a todos lados y no veo a nadie, así que me quedo parado esperando mis maletas. Después de unos minutos alguien me abraza por la espalda, tapándome los ojos, y volteo y ahí está mi hermano Edgardo abrazándome, no puedo de la felicidad. Volteo y ahí están todos, mis papás, mis hermanos, mirándome con ojos llorosos, wow que momento no pensé que los extrañaría tanto.
-A la próxima que me dejes sola con estos tres te voy a dar una paliza- dice Camila enojada, todos reímos ante ese comentario, y corre a abrazarme, la cargo, mientras le doy besos y le hago cosquillas, su sonrisa es mi felicidad.
-Te prometo que nunca más te abandonaré tanto tiempo con estos tres inútiles- le digo en secreto y ella ríe y me abraza.
Carlos y Omar corren a abrazarme.
-Te extrañamos hermano, ya no te vuelvas a ir tanto tiempo gringo- dice Omar mientras yo me ofendo y río
-Solo si no han tomado mis cosas- les amenazo, ellos se miran cómplices y atrás veo a mamá y papá, nos ven con ojos llorosos.
-Mi amor, mi bebé, por fin te tengo frente a mi, se me hacía eterno no tenerte conmigo- me dice mamá mientras llorando me abraza y continúo abrazándole mas fuerte, no saben lo hermoso que sentí, la única mujer que nunca me romperá el corazón, mamá. Es inevitable que salgan lágrimas que de mi. -Te noto diferente, te noto más hombre, mi bebé-
-Mama- digo apenado riendo
-Mi bebé grande, dije- dice regañándome y yo me dejo consentir. No importa la edad que tengas, los brazos de mamá son el lugar más seguro del mundo.
-Hijo mío, te he extrañado tanto. Ya eres todo un hombre campeón- me dice papá mientras me abraza fuertemente, el siempre ha sido duro al reflejar sus sentimientos pero todo cambio cuando nacimos sus hijos. -Espero no hayas olvidado mis consejos-
-Jamás, los lleve conmigo a todas partes, siempre los recordé- le digo abrazándolo más
-Ahora si tengo a mi familia única, lo más hermoso que un hombre puede tener en la vida, su familia completa- al abrazo se une mi mamá y mis hermanos, siento felicidad después de tanta mierda.
Terminamos tan emotivo reencuentro, veo mis maletas y la recojo. A lo lejos se encuentra mi familia hablando, riendo, y yo los observo, esas personas son mi familia, y soy afortunado de tenerles conmigo. En un descuido se cae la carta, la tomo y me quedo mirándole, los pensamientos vuelven a mi otra vez, el dolor apareció, pero escuchó sus risas y volteo a verles, mi mamá me mira, y yo me siento afortunado de tenerles. Tomo mis maletas y vuelvo con ellos, quiero iniciar de cero, tengo que fingir que todo va genial, aunque esté destruido.
-Vamos a casa hijo- me dice mamá mientras me abraza, sonrío porque la tengo conmigo.
-Ya estoy en casa mamá- le beso su frente mientras mi papá va con mis hermanos frente a nosotros riendo.
Durante el camino iba observando la ciudad, extrañaba tanto esto. Las personas caminando en la calle, los puestos, los coches, los edificios, el mirador en su máximo esplendor, miraba la bandera más hermosa del mundo, la de México. Cuanto extrañaba mi hogar, mi ciudad, mi hermoso y amado México, mi Monterrey.
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Una razón para quedarme.
RomanceSoy de los que piensan que existen grandes amores que marcan la historia de tu vida. Uno puede ser tu perdición y otro tu salvación. Dicen que en el corazón no se manda y estoy de acuerdo. Si uno eligiera de quién enamorarse todos seríamos felices y...