Consejos de mamá

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He pasado un asombroso fin de semana lleno de experiencias lindas. Conocí a la hermana de Miranda, Zoe y es una increíble chica, tiene 23 y me cayo súper bien. Compartimos una linda tarde entre los tres, quedamos de seguir viéndonos y bueno, ella vivirá con Miranda así que todo sera mejor.

Negar que me sentía mejor desde aquella noche cuando me desenmascaré ante Melanie, sería mentirme a mi mismo. Luego de esa noche en donde me abrí como nunca lo había hecho y con algo tan doloroso como la muerte de mi hermano, bueno es algo que no esperaba hacerlo con nadie. No lo hice con Louis, quien es mi mejor amigo por varias razones, mucho menos con cualquier otra persona. Nunca lo hablé con Danielle, porque sinceramente nunca sentí que debía hablarlo, ademas que entre tanta cosa nunca se dio la oportunidad, y eso me saca de onda, pues ella fue una mujer importante en mi vida, y bueno a pesar de amarla esperaba el momento de confesarle todo, pero nunca lo tuvimos, además que no llegue a sentir el nivel tan profundo de conexión que tengo con Melanie.

Que ese es otro maldito problema o confusión. No se que me pasa cuando estoy con ella, solo se que cuando estamos juntos yo me siento libre, me siento en paz y con una tranquilidad, quizás es porque ella irradia felicidad y una confianza inigualable. No se a quien intento engañar cuando niego que me atrae, porque después de esa noche, ya no puedo mentir. Melanie es una mujer increíble, tan increíble que ha cautivado de una forma que nunca lo habían hecho, y la admiro por muchas cosas, tanto en lo personal como en lo profesional, ya no puedo negar lo que siento, en pocas palabras ella es magia, ella me gusta tanto, me gusta muchísimo y ya no puedo negarlo. No haré nada, pero este sentimiento debe de parar, pues solo compartimos amistad.

Me encontraba en la oficina, ya era mi hora de salida así que guarde mis cosas, pero me interrumpieron mis pensamientos.

—¿Se puede?— tocó la puerta, ese maldito hijo de perra. —Hola hermano— sonrió.

—Louis, que carajo, adelante hermano— fui a el y nos abrazamos. —¿Cómo has estado? ¿Qué ha pasado? Dejamos de saber de ti. No quise molestarte, ¿Todo bien?—

—Oye tranquilo, muchas preguntas. Déjame verte— comenzó a mirarme. —Estás enorme, cuanto has crecido hijo mío— sonrió.

—Ay eres un idiota— reímos. —Ya dime, ¿Cómo estás?— tenía muchas dudas.

—Estoy muy bien Damián— me quede esperando a más. —Ah, ¿Quieres saber qué pasó?—

—Ha ha ha, muy gracioso. Claro que quiero saber, lo necesito para ver si compro un traje de padrino o no.

—Tendrás que hacerlo. Kris acepto hermano, nos casaremos pronto.— sonrió y me lance a felicitarlo.

—Me alegra tanto por ustedes. Muchas felicidades Louis, deseo toda tu felicidad y bueno, ahora la felicidad de los dos.

—Gracias hermano. Hay tantas cosas de que hablar, ¿Vamos a tomar algo?— pregunto algo serio.

—Está bien como quieras hermano, claro qué hay muchas cosas que contar. Vamos— por mi parte comencé a recoger mis cosas.

Luego de media hora nos encontrábamos en el bar de siempre, donde servían los mejores tequilas de la región. Todo estaba bien, Louis platicando sobre cómo sucedió, los planes del despacho, lo que había pasado.

—¿Por qué tardaste en volver? O más bien, ¿Por qué nunca llamaste? Yo me justifico diciendo que no quería interrumpirte, pero no se hermano, pensé que llamarías o algo. Fue una semana sin tus luces.

—Lo sé, lamento no ponerme en contacto. Pero si recibí tu mensaje, incluso tu mensaje de voz, vaya mensajes— sonrió. —Pasaron cosas por allá y tuve que atenderlas, empezando bueno con lo de Kris y yo.

Una razón para quedarme. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora