Una razón para quedarme.

En tus brazos. 2/3

Era imposible de olvidar esa risa y peor aún, esos ojos que se adentraban como cuchillo en mi interior, ahí estaba ella la misma mujer hermosa, bondadosa e increíble ser humano que tuve la fortuna de conocer. Yo jamás podría olvidar ni sus sonidos peculiares, ni su persona, ni mucho menos a ella, podría irme al mismo infierno y aún así podría reconocer esa sonrisa hermosa que algún día me enamoro. Ahí estaba ella mirándome, apagando la risa pero regalándome una inocente y pequeña sonrisa, ahí estaba mi más bello ángel.

Sería la mentira más grande si les dijera que no sentí nada, me estaría engañando a mi mismo y al mundo entero, pero lo admito en estos momento sentí que el mundo se paralizaba, sentí su mirada de cifrándome como aquellas primeras veces, sentí todo en cuestión de segundos. Nuestras miradas se detuvieron por milésimas, solo nosotros dos regalándonos una ligera sonrisa, como diciendo hola en la distancia.

—Dami, Dami, Dami.— una pequeña y tierna voz interrumpió el momento mientras me jalaba del brazo, no podía despegar mi vista de ella, estaba confundido. —Damián.— volvió a jalarme del brazo.

Ante esto ella me hizo señas con sus cejas para prestarle atención a Camila, lo hizo mientras se le escapaba una sonrisa más grande, de pronto eso hizo que sonriera e hiciera caso.

—¿Qué pasa Camila?—

—Mi papi dijo que me acompañarás al baño.—

—¿Ahorita?.— dije apurado, quería volver a verla.

—Pues me anda del baño ya Damián.—

—¿No te puedes esperar?—mencione apurado y ella cruzó sus brazos molesta.

—Oye no seas cabrón.— dijo riendo Louis. —Yo la llevó, tú tranquilo sigue disfrutando de la hermosa vista.— comentó riendo.

—Oh no Lou, mi papi le dio una orden a Dami y él tiene que hacer caso o le diré a papi que no quisiste.— amenazo cruzando los brazos.

—Ah es exigente la muchacha.— dijo Louis riendo.

—No tienes ni puta idea.— murmuré cerca de él mientras aceptaba la mano de Cami, intente mirar hacia donde estaba ella, me miro y rio un poco, en verdad quería quedarme más, no se porque razón pero quería hacerlo.

Una vez llevándola hasta donde me pidió, yo comencé a analizar las cosas, no podía creer que ella estuviera aquí, se supone que Louis me dijo que vendría hasta la boda, ¿Qué hace aquí? Bueno eso tiene lógica, es mejor amiga de la novia y probablemente su madrina, hasta seria una estupidez no pensar que ella no hubiese venido, que imbécil fui, ¿Cómo carajos nunca pensé en esta probabilidad? Quizás porque he estado ocupado pensando en Louis y Miranda, también en otros asuntos como Melanie, mierda Melanie, carajo todo se me está viniendo encima.

Pero sin importar que, ella estaba aquí, ha pasado un año y por fin la tengo frente a mí, sigue luciendo hermosa como desde el primer día que la vi atravesando la sala para calmar a los niños, dándome la sonrisa más hermosa y una mirada inolvidable, bueno quizás no sigue siendo luciendo bella porque ahora es el doble, hay algo diferente, bajo un poco de peso, su cabello cambió, lucia radiante y en ese vestido azul, podría morirme de un infarto en estos momentos.

Decidí buscarla con la mirada pero no la encontré, al contrario estaba Louis esperando.

—¿Cómo te sientes?—

—Como un idiota, no se que está pasando. ¿Por qué carajo no me advertiste que iba a venir hoy? Quizás pude haberme preparado.

—¿Y no haber actuado como un bobo cuando la viste?—