Una cena diferente

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Siempre he odiado las despedidas con toda mi vida, no me gustan, son tristes e incómodas. Y otra vez me encuentro con mi gran amigo, despidiéndolo nuevamente.

—Por favor vigila los trámites del caso de tu padrino, mantente cerca de ellos para agilizar el proceso y cualquier duda que tengan.

—Tranquilo Louis, yo me haré cargo de eso, estaré muy al pendiente— le comenté riendo, es muy exagerado. Esta vez se irían los dos.

—Cualquier duda buscas a Alonso o me mandas mensaje, no sabía que Miranda tendría que venir hasta ahora, se que todo estará bien.

—Si pero descuida, aquí tenemos mucho trabajo y Alonso puede con el barco. Váyanse con cuidado— nos despedimos pues no se cuando vendrían.

—Así lo haremos guapo. Adiós Damián, esfuérzate mucho, como siempre. Nos vemos en poco tiempo, espero— me abraza Miranda y se va.

—Bueno, cuídate. Por favor ve al médico, y me mantienes al tanto de todo, si necesitas cualquier cosa llámame idiota, hablo en serio.

—Ya papá tranquilo, estás igual que mi papá en serio te pasas— dije riendo,

—Te cuidamos. Ah otra cosa antes de irme por favor— apenas iba caminando y se regreso. —Procura que la maestra Melanie no te mate antes de volver a verte.

—Ay descuida ella no me matará, no podrá con esta roca.

—Oh hermano, no conoces a una mujer furiosa entonces— comenzamos a reírnos. —Ya, habló en serio no la molestes, está embarazada, déjala en paz o su esposo te golpeará

—Es curioso que ni si quiera había tenido el tiempo de preguntarme si su esposo también me odiará— dije riendo, pero en el fondo pensativo.

—Por favor no se maten los dos, espero sigas vivo para cuando regrese. Adiós Navarrete, cuídate hermano— nos abrazamos y se fue.

Las cosas en el despacho siguen muy normales, la carga de trabajo ha aumentado poco, es increíble como ya ha pasado un año de que partí de Estados Unidos, un año en donde decidí dejar el pasado y continuar viendo por mi futuro, realmente han pasado muchas cosas, nuevos colegas, nuevo empleo, amigos, todo ha cambiado. He ganado más experiencia rodeándome de los grandes abogados como Louis, Miranda, Gustavo, Alonso y otros abogados senior de la firma, está creciendo y aunque ha tenido sus momentos duros al principio sin clientes, hemos levantado poco a poco el despacho, me siento orgulloso de pertenecer aquí, lo que siempre quise, ayudar a las personas de mi país, es increíble que estuve a punto de rechazar todo esto, se que ella vale más que todo esto, pero aquí está mi sueño y mi realidad. Veo mi crecimiento no solo laboral sino también personal, a pesar de mostrarme feliz ante la sociedad por dentro hay algo que me hace falta, siento un vacío terrible, es por ello que tomo medicamentos, quisiera dejarlos pero me temo que no puedo, si los dejo comienzo a tener crisis de pánico, los síntomas son lo peor, es la maldita sensación de que estoy muriendo, falta de respiración, es terrible es por eso que sigo tomándolas por miedo a recaer y en verdad morir. Estas crisis las comencé cuando tenia 14 años mi primera escena de pánico, sigue doliendo recordar la razón por la cual comencé, espero algún día superarlo. He pensado que Louis tiene razón, necesito ir al médico, quizás esto está empeorando y no se que mierda hacer, mi trabajo consiste prácticamente en estresarse, y si eso genera una crisis no puedo depender siempre de las pastillas médicamente está mal tomarlas seguido, no quiero joderme el riñón.
Mis clases de francés van excelentemente bien, cuando alguien se propone algo tiene que cumplirlo y yo soy de ese tipo, cualquier cosa que me proponga tengo que hacerlo y no detenerme hasta lograrlo, poco a poco he ido fluyendo en el francés, y me siento aliviado quiero tener muchas oportunidades en cualquier idioma. Por otro lado llegó un caso nuevo que estamos trabajando en equipo tanto Gustavo, Roberto, Ignacio y yo, es complicado pero somos un equipo y sabremos representar a la empresa excelentemente bien.

Una razón para quedarme. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora