Fue una noche en la que pude dormir con una tranquilidad y paz. Resulta que las malditas pastillas las había olvidado en mi habitación, ahora si las cargue conmigo a todas partes. Me sentía muy bien, así que salí a ejercitarme como todas las mañanas y al regreso la familia estaban teniendo el desayuno.
—Buenos días familia hermosa. ¿Cómo está la mamá más bella del mundo?— llegue dándole un beso por atrás. —Hola princesa, ¿Qué te pusiste hoy? Estás más bella Cami— bese su cabecita. —Papá, te ves más galán y joven hoy, ¿Te afeitaste?— todos me miraban muy raro.
—Y ahora tu, ¿Qué traes loco?— pregunto mi mamá tomando asiento.
—Así está de loco mamá, es normal en Damián verlo así, un día serio, otro día feliz— dijo Omar riendo.
—¿Qué no puedo estar feliz por tener a la familia más hermosa?— comenzamos a desayunar, pero ellos seguirán mirándome.
—Pues no se que te pasó, pero si lo que te pasó te hace verme más guapo, adelante que siga pasando— dijo riendo mi papá.
—Nada más porque te conviene pa— comentó riendo Edgardo.
—No es justo que a ellos les digas cosas buenas y a nosotros que?
—Tienes razón, pero no puedo decir nada bueno de ustedes si son unos flojos de primera Carlitos.
—También nos puedes decir que somos los más guapos.
—Si Omar lo que digas, lamentablemente para ustedes a mis papás se les acabo la belleza luego que yo nací, y tuvieron la excepción con Cami— dije tomándole sus manitas.
—Tomaste una buena decisión diciendo eso Damián— dijo en tono amenazante Cami.
—Bueno bueno ya, ¿Nos vas a decir porque andas tan de buen humor?
—No se de que hablas mamá, siempre estoy así, no le veo en nada la diferencia— seguían mirándome raro. —Se me hace tarde, tengo que irme, nos vemos en la noche, los quiero— salí rápidamente al aeropuerto. Había un tráfico terrible pero al final pude llegar y sobre todo encontrar a este idiota.
—¿Dónde estabas? Tardaste mucho, estoy a punto de irme.
—Tranquilo nervioso, tranquilo. ¿Tienes todo bien planeado?
—Si, pero te admito que tengo mucho miedo, no sabes por dentro quiero morirme.
—Louis, una propuesta de matrimonio no es para morir. ¿Estás bien? Te miro extraño.
—Si si estoy bien, son los nervios. Mañana lo haré y no se que va a pasar.
—Hermano, tranquilo— lo tome de los hombros. —Eres un gran hombre, gran novio, gran persona, solo piensa en que compartirás tu vida con la persona que vas a elegir para amar siempre, toda una vida, imagina todo el futuro que les espera juntos.
—Damián créeme que eso está lejos de tranquilizarme— lo miraba más extraño que de costumbre. —¿Estoy haciendo lo correcto?—
—¿De que mierda hablas? ¿Hacer lo correcto? No una vez tú me dijiste que no elegías a alguien porque fuera lo correcto? Creo que estás nervioso y estás delirando.
—Son muchas cosas, yo yo—
—Tu amas a Kris, y ella te ama a ti. No le veo el problema por ningún lado, vamos Louis se que será difícil porque estabas acostumbrado a ser un hombre libre, pero las cosas cambian cuando encuentras a la mujer de tus sueños.
—Si tienes razón, estoy delirando del maldito miedo. Pero todo estará bien.
—Esa es la actitud— le di un fuerte abrazo.
—¿Dónde está Miranda?— la busque entre la gente.
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Una razón para quedarme.
RomanceSoy de los que piensan que existen grandes amores que marcan la historia de tu vida. Uno puede ser tu perdición y otro tu salvación. Dicen que en el corazón no se manda y estoy de acuerdo. Si uno eligiera de quién enamorarse todos seríamos felices y...