Capítulo 14: Cumpliendo condena

5 1 0
                                    

—Durará dos horas —le digo a mi madre por fuera de la camioneta.

Al principio no tomó bien que me castigarán por una alucinación, pero cuando vio como quedó la biblioteca tuvo que aceptar. Aun así, sigue sin estar de acuerdo en dejarme dos horas más en la escuela con otros cuatro adolescentes para que arreglemos la biblioteca.

—¡Hola! —escucho la voz de Kenneth detrás mío.

Volteo y lo veo acercarse con una amplia sonrisa a mí y a mi madre, regreso mi mirada a ella, parece impresionada. No entiendo que podría impresionarla de Kenneth, tal vez su uniforme perfectamente planchado, o su cabello castaño ligeramente rizado, o su linda y brillante sonrisa, o el leve rubor que siempre lleva en las mejillas.

—¿Hola? —dice ella confundida cuando él se para junto a mí.

—Mamá, él es Kenneth, otro de los castigados.

—Cabe aclarar que es la primera vez que me castigan —dice él tendiéndole la mano a mi mamá.

La veo sonreír y acepta su mano sin titubear, es raro porque a ella no le terminan de agradar los desconocidos y menos cuando tiene que ver conmigo.

—Nunca me dijiste que Kenneth fuera tan apuesto —él empieza a reírse.

—No sabía que hablabas de mí con tu madre —el rubor de sus mejillas es más intenso.

—Le dije que me acosabas —su sonrisa desaparece por un momento, pero vuelve a su estado confiado normal.

—Bueno, no se preocupe por nada señora, Every se quedará conmigo y otras dos amigas. La maestra de literatura estará con nosotros, igual que la bibliotecaria y el conserje al que ayudaré a poner las repisas que se rompieron —suena convincente.

—Bueno, vendré por ti en dos horas, si terminan antes...

—Si terminamos antes yo la puedo llevar a casa —dice él con una sonrisa más amplia y un tono demasiado servicial—. O acompañarla en la espera a que usted llegue.

Le dice lo que mi madre quiere oír y eso la complace, la veo asentir con la cabeza y sonreír.

—Muy bien, cualquier cosa me avisas, Every.

—Sí, mamá.

—Adiós, te amo —me dice y se queda unos segundos más viéndome, le es muy difícil soltarme.

Después avanza, supongo que va por mis hermanos. Me quedo un rato más viendo la camioneta de mi madre alejándose. Volteo a ver a Kenneth, él me está viendo con la sonrisa más tonta que le he visto.

—Le caigo bien a tu mamá.

—Es porque eres demasiado complaciente —digo dando la vuelta para entrar a la escuela.

—Sin mí no hubieras logrado que se fuera.

—Supongo que debo agradecerte por ello —le digo entrando a la escuela.

—Sería lindo.

—Pues gracias.

—No hay de qué, haría eso y más por ti.

—Eso parece —digo sin prestarle mucha atención, reflexiono un poco—. Debo gustarte mucho para que aceptes tu primer castigo, repares estanterías y acomodes libros todo el día solo por mí.

—Sí, me gustas bastante.

—Kenneth, ¿sabes que gustándote solo me traes más problemas? —él se detiene y yo también lo hago, volteo y lo veo con el ceño fruncido.

—¿Por qué?

—Tu exnovia Hannah podría molestarse y aparentemente Mackenzie me odia. Que tú te fijes en mí solo hará que más nombres se agreguen al club de haters de Every.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora