Capítulo 107: Mas disculpas de las necesarias

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Estoy en mi cuarto, escucho el ruido de mi ventana y trato de ignorarlo. Hoy la dejé cerrada a propósito para que Ethan no pudiera entrar. Escucho que golpea despacio la ventana, llamándome para que la abra.

Hazlo —me dice Uno

—No.

Hazlo —me repite.

—¡No! —grito molesta.

¡Hazlo! —gritan los cuatro al unísono.

Suspiro y me pongo de pie, me acerco a la venta donde lo veo sonriendo con culpa. Abro la ventana y me quedo parada frente a ella.

—¿Qué? —digo molesta.

—¿Puedo pasar? —sonríe y noto que tiene el mentón morado, Kenneth lo golpeó.

Déjalo entrar —me dice Uno.

Me doy la vuelta sin contestar nada y camino hacia mi cama. Escucho ruido detrás de mí seguido de pisadas hacia mi dirección.

—Perdón —me dice.

—No te perdono —digo sintiendo las lágrimas caer por mis mejillas—. Odio siempre tener que perdonarte.

—Every...

Volteo a verlo, sus ojos muestran una extrema tristeza que empeora cuando me ve llorando.

—Sé que nunca lo pediré lo suficiente, pero perdóname.

—Ese es el problema, en el tiempo en que nos conocemos ya me has lastimado mucho. Siempre estoy perdonándote y esto ya no me está gustando —digo con más lágrimas rodando por mis mejillas.

Veo a Ethan dar dos pasos hacia atrás, parece aturdido por mis palabras. Mira todo lo que hay a su alrededor y cuando me mira veo lágrimas caer y rodar por sus mejillas. Y tal como pensé, no puedo odiarlo. Me acerco a él y lo abrazo. Él me aleja unos centímetros para ver mi rostro, lo sostiene entre sus manos y hace una mueca de tristeza.

—Te estoy haciendo daño y eso no me gusta nada.

Dilo —me ordena Uno.

—Me gustas —eso lo sorprende.

—¿Qué?

—Ethan, me gustas —examino su reacción, parece incrédulo—. No importa cuantas veces tenga que perdonarte, lo haré porque me gustas. Me gusta estar contigo y reírnos de las estupideces que le gustan al resto de los adolescentes. Quiero ir al estúpido baile de fin de curso contigo de la manera más anarquista posible.

—Every... —duda, traga saliva—. Debo irme.

Dicho eso se aleja de mí y sale de mi cuarto por mi ventana. Me quedo sorprendida sin saber que hacer.

Tal vez al final tu no le gustas —dice Maddison.

—Anoche dijo que le gustaba.

Tal vez era mentira.

Siento más lágrimas listas para salir. Corro a mi cama y me acuesto en ella, llorando desconsoladamente. Creí que me diría que yo también le gusto y que me daría mi primer beso. Esa conversación no salió como pensaba y eso me hace sentir mal. Tal vez Maddison tiene razón y yo no le gusto y nunca le gusté. Tal vez sabía que estaba despierta y dijo lo que quería oír para luego romperme el corazón.

Tal vez planeaba hacerlo en el baile, enfrente de todos para que se dieran cuenta de lo patética que eres —me susurra Negro.

Esas palabras me hieren porque lo más seguro es que, como siempre, tenga razón.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora