Capítulo 102: Anuncio del baile de fin de curso

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Estoy sentada en mi mesa, practicando los ejercicios que me mandaron para la movilidad de mi mano izquierda. La herida no fue tan grave, solo me herí un poco un musculo. Mi madre estaba tan triste que olvidó que estaba molesta conmigo. Un psiquiatra fue a verme y creo que en mi expediente anotó que fue un segundo intento de suicidio.

—¿Cómo va tu mano? —me pregunta Kenenth.

—Mejor, no me pasó gran cosa —digo para restarle importancia.

—Nos asustaste —dice Hannah.

—Lo lamento.

—¿Intentaste suicidarte? —pregunta Kenneth.

—¡Guau, ya eres la persona más popular! —dice Ethan al verlos.

Hannah lo mira confundida, como si no fuera nada que celebrar. Kenneth niega con la cabeza. Ethan los pasa y se sienta en su lugar.

—¿Lo hiciste? —pregunta Hannah al ver que no contesto.

—¡Oh! ¿Interrumpí? —pregunta Ethan.

—Sí, para ya de hacerlo —le grita Hannah.

—Pero no tienes que contestar si no quieres, Every —me dice Kenneth con tristeza.

Volteo a ver a Hannah y a Kenneth, ambos quieren y necesitan saber. Miro a Ethan, él asiente con la cabeza.

—Algo así —digo bajando mi mirada a la mesa—. Rojo y Negro estuvieron molestándome, diciéndome que no ayudé a Maddison y que no servía para nada. Intenté dejar de escucharlos tapando mis oídos, pero ellos se burlaron más de mi y me dijeron que solo podría callarlos si me moría. Me dijeron que tomara el cúter que uso para afilar mis lápices y que con eso me cortara los brazos. Solo alcancé a cortar uno antes de que me detuviera —me quedo callada.

Esta es la segunda vez que cuento esta historia en voz alta, ni siquiera Ethan sabía lo que había pasado. Siento que Hannah me abraza y solloza sobre mi hombro. Ethan se acerca y toma mi mano izquierda con delicadeza porque aún llevo la venda. Kenneth toma mi mano derecha y la acaricia.

—Lo lamento —dice Kenneth.

No les hables de Maddison —me advierte Ocho.

—No importa.

—Sí importa, esto no debería pasarte. Al menos te detuvieron antes de que hicieras ambos brazos —me dice Hannah.

—Y te quedó una cicatriz muy cool —dice Ethan, lo miro con diversión.

—¿En serio no puedes estar serio? —le digo antes de reír.

—Sí está cool —dice dándole la vuelta a mi mano para que ellos la vean—. En un tiempo la del dorso de tu mano hará juego con esta.

—Eres un tonto —se ríe Hannah.

—Pero si está cool —dice Kenneth.

—¡¿Qué?! ¿Estamos de acuerdo en algo? Este momento es irrepetible —dice Ethan.

Los cuatro reímos, ignorando completamente mis heridas. ¿Este es mi nuevo grupo de amigos? Es más raro que el primero.

—Buenos días, chicos. Tomen asiento, por favor —dice el maestro de historia, se fija en mí—. ¿Cómo estás, Every?

—Bien —digo levantando mi mano.

—Solo aléjenle los bisturís por el resto de su vida —dice Ethan en broma.

—Que bueno que no quiero ser doctora.

Mis compañeros y el maestro se ríen.

—Definitivamente es positivo. Me alegra que estés bien —dice el maestro poniendo sus cosas en el escritorio.

—Buenos días, ¿podemos pasar a dar un anuncio? —preguntan una chica.

—Claro —dice el maestro.

—Venimos de parte de la sociedad de alumnos para avisar que pronto será el baile de fin de curso. La temática en esta ocasión es Alicia en el país de las maravillas.

Mis compañeros se emocionan con el anuncio, como si fuera algo interesante.

—¿En esta escuela los bailes son muy importantes? —me susurra Ethan.

—También hicieron uno en invierno, así que parece que sí.

—Recuerden que en este baile habrá un rey y una reina, las nominaciones se cierran la próxima semana y podrán votar el día del baile —dice la misma chica.

—Más excusas del capitalismo para hacer gastar dinero a un montón de adolescentes que quieren pretender ser alguien importante —me susurra Ethan.

—Gracias, maestro —lo veo asentir con la cabeza.

—Odio esos anuncios, siempre causan caos en el salón —dice viendo como los demás están hablando emocionados.

—¿Y cómo estuvo el baile de invierno?

—No lo sé, vine porque me obligaron y poco después convencí a Kenneth para que me llevara de vuelta a mi casa. Realmente no me quedé mucho tiempo, en ese momento no había pasado mucho tiempo desde que Maddison se suicidó —le contesto rápidamente.

—¿Ken fue tu cita?

—En principio íbamos a ir todo el grupo juntos, pero no se pudo.

—Interesante.

—No demasiado, vine con un pantalón y una blusa negra, nada espectacular.

—¡Debí ver eso! Peleaste contra el capitalismo y las normas del mundo adolescente, ¡sabía que eras más anarquista de lo que pareces! —dice con orgullo.

—Mi mente no es muy buena para seguir las normas sociales.

—Exacto, creo que es de las cosas que más me gustan de ti.

Lo miro y se sonroja, desvía su mirada rápido.

—Bueno, están muy emocionados por el baile. Así que relacionemos con la historia, ¿alguien puede? —levanto la mano, el maestro se sorprende y me da la palabra.

—En el pasado la gente del pueblo usaba los bailes para conseguir buenos maridos para sus hijas, por eso en muchos de los bailes tradicionales van cambiando de pareja.

—¡Excelente, Every! ¿Alguien más? —el maestro escucha más participaciones.

Ethan me mira sorprendido.

—La era victoriana es interesante, hay muchas pinturas hechas en ese tiempo de bailes —le susurro.

—Claro, ¿o ya estás estudiando para los exámenes sin mí?

—Creí que los exámenes no sirven para nada.

—Estudiar contigo es divertido —dice sonriendo y tomando mi mano mala con delicadeza—. Para que recuerdes que soy real.

Sonrío, hasta que recuerdo lo que me dijo mi psiquiatra. ¿Todo es real? Dudo y pongo mi mano derecha sobre la suya para sentir que sigue ahí. Volteo a verlo, está concentrado tomando notas de la clase, lo cual es raro en él. Pero esto debe ser real porque me está tocando y estamos en la escuela. Solo es un miedo injustificado, todo está bien. Ethan mira nuestras manos y sonríe, después vuelve a anotar cosas en su libreta. Esto es sin duda real.

¿Segura? —pregunta Negro con malicia.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora