Capítulo 73: Demasiadas tareas para una mente desorganizada

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Han pasado un par de semanas y la verdad es que me cuesta mucho concentrarme en la escuela. Maddison no para de aparecerse y distraerme en clases, ni siquiera me deja escribir las tareas porque se la pasa hablándome y recordándome como era todo cuando estaba viva. Creí que sería bueno que estuviera conmigo, pero la realidad es que no me está ayudando mucho a parecer normal y no solo eso, no he entregado un montón de tareas y la directora mandó a llamar a mis padres.

Por eso ahora estamos sentados en la sala de espera de la oficina de la directora, lo único bueno de todo es que Maddison no se ha aparecido.

—¿Sabes para que nos llamaron? —me pregunta mi padre.

—Sí, es porque no he entregado tareas.

—¿Por qué no lo has hecho? —me pregunta mi madre.

—Las voces me distraen y no anoto que tengo que hacer —evito mencionar a Maddison.

—Bueno, esperemos que aun haya solución —dice mi madre tomando mi mano.

La directora abre la puerta de su oficina y nos invita a entrar, allí ya está la psicóloga esperándonos. Pasamos y la psicóloga saluda a mis padres.

—Todos estamos aquí para ayudar a Every —dice la directora tomando asiento.

—Claro, ella ya nos comentó lo de las tareas —dice mi madre.

—Sí, todos los profesores están preocupados porque en clase suele estar dispersa y no entrega sus tareas —les explica la psicóloga.

—Que bueno que los profesores se preocupan por ella —dice mi madre.

—¿Qué podemos hacer? —pregunta mi padre.

—En consenso con los profesores determinamos que Every es muy buen alumna, pero parece que por los acontecimientos del año pasado es necesario que le brindemos ayuda extra —la directora habla muy propiamente.

—¿Más tarea? —pregunto con tristeza.

—No, nada de eso, no te preocupes —me dice la psicóloga.

—Le asignaremos a Every un tutor, será uno de sus compañeros de clase y la ayudará a hacer sus tareas por la tarde.

—¿En dónde? —pregunta mi madre.

—Podría ser en la biblioteca —dice la directora.

—Me vetaron de la biblioteca por el incidente del semestre pasado —aún recuerdo ese día.

—¡Oh, claro! —la directora frunce el ceño y baja la mirada a su escritorio.

—Puede ser en la cafetería, despues de clases no hay muchos alumnos —dice la psicóloga.

—Parece un buen plan —dice mi padre.

—Pero, ¿quién será mi tutor?

Creo que sé la respuesta y no sé si me guste.

—Creemos que el mejor es Ken —dice la directora.

—¡Oh, él es muy bueno! —contesta mi madre.

Mi padre me mira, sabe que terminamos nuestra relación y que no me emociona pasar demasiado tiempo con él.

—Pues ya qué, no es como que les agrade a más personas en la escuela —la psicóloga y la directora fruncen el ceño.

—Y será bueno para que no bajen sus notas —dice mi padre poniendo su mano sobre mi hombro—. ¿Hasta cuándo tendrá al tutor?

—Lo mejor sería que hasta los exámenes y si ella se siente bien puede dejarlo después del primer parcial —dice la psicóloga.

—Me parece bien —digo.

Así solo tendré que soportar a Kenneth un par de meses, en lo que logro controlar a Maddison.

No nos caería mal volver a ser amigos de Kenneth, tal vez eso haga que Maddison desaparezca —dice Uno.

Pero yo no quiero que Maddison desaparezca, solo quiero que esté calmada mientras estoy en clase, así podré concentrarme sin perderla.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora