Capítulo 70: Ella no es real

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Durante el resto de los días en casa de mis tíos volví a ver a Maddison en repetidas ocasiones, ninguna fue tan aterradora como la primera. En su gran mayoría la vi siendo ella normal, me hablaba sobre lo horrible que es la vida, pero lo bonito del lugar donde nos encontrábamos. A veces se aparecía mientras estaba con mis primos, era difícil fingir que no estaba ahí cuando me hablaba y esperaba una respuesta. Nadie más la veía o escuchaba, lo que me hace preguntarme si es cosa mía o si realmente la invocación funcionó porque Cassandra me había dicho que si no la despedíamos ella se podría quedar varada en el mundo físico por siempre.

Maddison no se limitó a aparecer dentro de la casa de mis tíos, estuvo en todo el viaje de camino al aeropuerto y en gran parte del vuelo hacia casa. Ella sabe que está muerta, pero no sabe decirme si es real o si es un invento mío.

Incluso ahora, en el consultorio de mi psiquiatra está sentada junto a mí, esperando para pasar junto a mí a la consulta. Aun no le he dicho a nadie que está aquí, pero mis padres y Oliver se dieron cuenta de que algo raro pasaba por la forma en la que veía los lugares donde ella estaba, aunque ahí realmente no había nada que ver. Oliver si intentó averiguar si estaba viendo algo, pero no quise alertarlo, así que le mentía.

—Every, ¡feliz año nuevo! ¿Cómo estuvieron las vacaciones en Pals?

—Estuvieron bien, creo —digo.

—Muy bien, diría yo. Sus primos fueron muy lindos y por fin la abrazaron —dice mi madre emocionada.

—También sus tíos, ya reconsideraron sus prejuicios sobre la esquizofrenia —dice mi padre.

—¡Me alegra mucho oír eso!

¡Y volví! Vamos, dile eso, Every —me dice Maddison parándose junto a mi psiquiatra.

Me limito a levantarme de mi asiento, prefiero empezar la sesión antes que actuar como una loca frente a mis padres.

—Bueno, supongo que estás ansiosa por empezar, vamos.

Mi psiquiatra abre la puerta de su consultorio y me permite pasar, antes de llegar veo a Maddison entrar rápidamente, la miro con molestia, no debería entrar a algo tan privado. Entro al consultorio y me apresuro a sentarme en el diván, escucho las pisadas de Maddison detrás de mí.

Este lugar es bonito, entiendo porque te gusta venir tres veces por semana.

—¡Vaya, algo serio está pasando si te sentaste directamente! También noto que ya no estás usando el suéter de Maddison, me habías dicho que no te lo ibas a quitar nunca por ella.

—Maddison está aquí —le digo, eso la hace parpadear un par de veces.

Sí que eres directa, ¡la dejaste sin palabras! —Maddison señala a mi psicóloga mientras se ríe, está a unos pocos centímetros de ella.

—¿La estás viendo?

—Sí, está parada frente a usted —señalo el lugar y veo a mi psiquiatra voltear a ese lugar.

—¿Cómo luce?

—Normal, como siempre. Lleva su suéter feo, por eso prefiero no ponérmelo.

—¿Cuándo la viste por primera vez?

—El primer día del año, me dio un gran susto.

Perdón, pero fue divertido, ¿no? —la miro con el ceño fruncido.

—¿Te está hablando ahora?

—Sí, dijo que fue divertido asustarme.

¡Guau, en serio le cuentas todo! —Maddison suena molesta.

—¿Es posible que la haya invocado? —le pregunto a mi psiquiatra.

—¿Disculpa? —me pregunta ella.

—Mi prima Cassandra y yo hicimos un rito de invocación que vio en internet para traer a Maddison al mundo físico por un rato. Usamos un pentagrama, velas y su suéter feo para atraerla, justo el que trae puesto siempre —la veo por un momento y regreso rápido mi mirada a mi psiquiatra que parece atenta a lo que le digo—. Mi prima dijo que si no nos despedíamos de ella podría quedarse aquí atrapada, ¿eso es posible?

—Tristemente no puedo contestar esa pregunta porque no sé si eso es posible o no. Pero a veces las respuestas a nuestras preguntas suelen ser las opciones más razonables, probables y seguras. En este caso, es más probable que sea una alucinación auditiva y visual antes que un suceso paranormal —me sonríe con tristeza.

—¿Por qué? ¿Por qué ella tiene voz y cuerpo y el resto de mis voces no?

—Tal vez porque ella es una persona que realmente conociste, no como el resto de tus voces que son inventos de tu mente.

Entonces, ¿no soy real? —veo a Maddison quien está examinando su cuerpo.

—Entonces, ¿no es real?

—Me temo que no.

Maddison levanta su mirada y me ve, mantenemos el contacto visual por un rato. Incluso cuando no es real, es bonito tenerla aquí.

—Me gusta que esté aquí —le sonrío y ella también lo hace.

—Pero...

Mi psiquiatra no continúa su frase y anota algo en su libreta. Sé que para ella esto debe estar muy mal y no debería mantener esta fantasía, pero tener una Maddison falsa creada por mi mente es mucho mejor que aceptar que murió.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora