Capítulo 6: El trío de locas

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Escucho la campana que marca el inicio del receso, me levanto de la mesa y tomo mis cosas. Ocho me advierte de alguien que se acerca y cuando alzo la mirada veo a Maddison entrando a mi salón con una bonita chica asiática junto a ella. La otra tiene el cabello increíblemente lacio, negro y corto por encima de los hombros y un adorable flequillo. Sus ojos son rasgados y cafés claro, va sonriendo ampliamente.

—Hola loquita, ella es Alice. Alice ella es Every —nos presenta Maddison.

Le tiendo la mano a Alice, ella la ve con asco y apoya sus manos sobre su pecho. Frunzo el ceño, sí que es rara.

—¡Oh! Alice no hace eso. Tiene TOC.

—Trastorno obsesivo compulsivo —me dice ella con su voz odiosamente aguda.

—Sé que es TOC. Yo tengo...

—Esquizofrenia, eres noticia.

—Las conocí a ambas en el mismo lugar, solo que días diferentes, ¿y qué? ¿quieren formar un club de locas o algo así? —dice Maddison levantando las cejas rápidamente.

—No tengo nada mejor que hacer —le contesto, eso la hace sonreír más.

—Pues muy bien, el lugar de reunión es la cafetería, ¡andando! —dice ella avanzando energéticamente hacia la salida.

La sigo, pero no me agrada la idea de comer en la cafetería, definitivamente no es mi lugar favorito en toda la escuela. Por suerte tengo mi desayuno conmigo, así que no tengo que detenerme en mi casillero.

Ninguna se detiene en el pasillo, miro con curiosidad a Alice, su uniforme está perfectamente limpio y planchado. Su cabello es parejo y está increíblemente peinado, sin ningún cabello fuera de lugar. Luego está Maddison con su suéter gris holgado que le cubre todo el uniforme, como para no llamar la atención. Lo lograría si su cabello no se viera tan bien en una bonita coleta alta que lo ondula en las puntas. Y para terminar estoy yo, con mi aspecto descuidado de siempre, mi cabello suelto sin peinar, el suéter que agarré al azar de mi armario y mis uñas con el barniz rosa que me puso mi madre desde hace una semana. Somos un grupo peculiar.

Son un trío de locas.

Sonrío con el comentario de Uno, lo que dice es verdad, las tres estamos extremadamente locas y juntas. Llegamos a la cafetería y aún tengo su comentario en la cabeza, veo a Alice y Maddison doblar hacia la fila de la comida, las sigo rápidamente, aunque yo no voy a comprar nada. Veo a Alice sacar unas toallitas húmedas de su bolsa, saca una y empieza a limpiar una bandeja, Maddison sonríe y se queda esperando.

—Esto tomará un rato, debe hacerlo tres veces antes de poder tomar la bandeja.

Frunzo los labios y observo sus movimientos circulares sobre la bandeja, no soy nadie para juzgar sus prácticas porque yo escucho voces. La veo desechar la primera toallita en el bote de basura que está junto a Maddison, saca la segunda y continúa con su ritual.

—¡Apúrate fenómeno, los demás queremos comer! —grita un chico detrás de mí.

—¡Pues si tanto quieres comer toma la comida con las manos, troglodita! —le grita Maddison, sonrío con su comentario al tiempo que Alice bota la segunda toallita y saca la tercera y última.

—Déjalas, Tod, parece que las locas se juntan —exclama una chica.

Volteo con curiosidad y veo a una pareja besándose apasionadamente frente a todos, verlos me hace sentir incomoda, así que me concentro en los otros dos chicos. Es una chica extremadamente delgada, con el uniforme medio desordenado y un gran listón rosa en su cabello castaño, ella tiene los brazos cruzados y una sonrisa cruel. El otro chico, que supongo que es Tod, está sonriendo con malicia con su uniforme del equipo de baloncesto, ni siquiera sabía que teníamos uno.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora