Capítulo 87: Química

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—Bueno, chicos, ya saben para que estamos aquí —dice la maestra de química con emoción—. Hoy es nuestro examen practico y lo haremos con nuestras parejas de laboratorio que tenemos asignadas desde el inicio del semestre. No, no pueden cambiar de compañero. Sí, la calificación es en pareja. ¿Alguna otra duda? —espera unos segundos— ¿No? Bueno, vayan a sus mesas, ahí ya tienen los materiales necesarios para hacer el examen. Sigan las instrucciones, no quiero que incendien este lugar.

—Lo dice en broma, pero si usamos los químicos correctos podríamos incendiar la escuela, ¿qué dices, pareja? —me dice Ethan.

Varios de nuestros compañeros nos ven asustados, menos Kenneth, él lo mira molesto.

—No está en mis planes reprobar el examen práctico, tal vez en otra ocasión —digo caminando a mi mesa.

Al pasar veo a Kenneth sonreír. Llego a nuestra mesa y veo los químicos que hay sobre ella. El experimento es sencillo, solo debemos saber la cantidad de químico que ponemos y no pasarnos de lo establecido.

—Aburrido, con esto no incendiaríamos nada —exclama Ethan al verlo.

—¡Te escuché! —dice la maestra, eso hace que Ethan se ría.

Es raro que se lleve bien con esta maestra, pero es que tiene una afición a la química que da miedo.

—¿Quieres hacerlo todo tú?

—No, hagámoslo juntos.

—Y el experimento también —no lo entiendo.

—Sí, a eso me refiero —eso lo hace sonreír.

—Eres muy inocente. Bueno, empieza tú, sé que puedes.

Tomo el primer químico, leí miles de veces la practica para no equivocarme. Echo la cantidad y miro a Ethan, él asiente con la cabeza en señal de aprobación. Seguimos con el resto de los pasos, esperando que todo salga como debe. Ethan echa el último ingrediente y en ese momento la maestra se detiene en nuestra mesa. Esperamos unos segundos y vemos la mezcla tornarse rosa, burbujear unos segundos y sacar un poco de humo.

—¡Excelente! Sabía que les iría muy bien, ustedes hacen una gran pareja.

—Esperemos para la otra poder incendiar un par de cosas.

—¡Claro que no! Sal antes de que te saque a patadas —dice sonriendo—. Bien hecho, Every.

Sigue de largo, me levanto y salgo del laboratorio sin pensarlo demasiado. Una vez fuera me quito la bata y camino hacia mi casillero para guardarla.

—¡Eres rápida! Parpadeé y ya no estabas en el laboratorio —me dice Ethan alcanzándome.

—Ya no hay nada más que hacer ahí.

—¿No querías saborear por unos segundos más el halago de la maestra? Fuimos los primeros en terminar, no se acercó a ayudarnos y lo hicimos bien por nuestra cuenta. Creí que eso te emocionaría —dice deteniéndome en el pasillo.

—Eres bueno en química, no es demasiado sorprendente que nos haya ido bien —le digo.

—Yo diría que tenemos mucha química —su broma es tan mala que me hace reír.

Rio más de lo esperado para la broma tan mala que dijo. Apoyo mi mano sobre su hombro y sigo riendo. Solo me detengo cuando él se acerca y me planta un beso en la frente.

—Para que recuerdes que soy real —esta frase cada día significa más.

Se aparta, pone su mano sobre mis hombros y seguimos caminando hacia los casilleros.

—Me gusta tu risa, tendré que aprender chistes para escucharla más seguido.

—Tú eres un chiste —sonrío.

—¡Mira quien es la mala ahora!

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora