Capítulo 146: A veces solo hay que decir "¡Salud!"

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—Every, los exámenes terminaron, ¿qué mejor manera para celebrar que una fiesta? —me dice Sophie.

—No soy muy fan del ruido.

—Seguro tu novio estará ahí, yo no lo dejaría solo con esas porristas que se lo comen con la mirada.

Llaman a la puerta, Sophie está cerca, así que es ella la que la abre.

—Hola —escucho la voz de Ken.

—Justo estamos hablando de la fiesta —lo deja entrar, él camina hacia mí con una sonrisa—. ¿Irás?

—Claro, será divertido y todo el equipo estará, me temo que esta vez no me puede escapar —se sienta junto a mí y me da un beso en la mejilla.

—Convence a Every para que vaya —le suplica Sophie.

—¿Vamos? —me mira.

—No lo sé, sabes que no me gustan las fiestas.

—Solo será una vez —me dice Sophie.

—Ustedes dos son insoportables.

—¿Pero nos quieres? —me pregunta Sophie.

—Sí.

—¿Vendrás? —me pregunta Ken.

—Está bien.

—¡Genial! —grita Sophie con emoción—. Pregunta nueva, ¿me permites buscar entre tu ropa para buscar algo apropiado para esta noche?

—Supongo que no podre decir que no —suspiro.

—¡Doblemente genial! —dice ella.

Ken se ríe de la situación y se levanta.

—Las dejaré para que se alisten, vengo en un rato por ustedes.

—Por ella, yo iré con un chico y si todo sale bien también me iré con él —sonríe con picardía.

—Bueno, vuelvo por Every en un rato.

En cuanto se cierra la puerta Sophie va hacia mi armario y comienza a buscar entre mi ropa, no estoy segura de haber traído ropa apropiada para una fiesta. Sophie habla sobre mi mal gusto en ropa y sigue rebuscando. Después de un rato saca una blusa blanca de manga corta que se abotona y la pone sobre mi cama. Va a su armario y saca una falda negra de mezclilla y un par de medias de red y las pone sobre mi cama. Regresa a mi armario y saca unas botas negras.

—¡Fue difícil! Pero te armé el outfit. Póntelo para que lo arregle.

—A la orden.

Me levanto rápidamente y me cambio la ropa, Sophie se voltea y hace cosas en su celular para evitar verme. Termino y ella se voltea. Se acerca a mí y desabotona un poco la blusa, dejando un poco de mí al descubierto. Después me quita la coleta del cabello y lo despeina un poco. Va por algo a su escritorio y cuando vuelve me pone labial rojo en los labios.

—Perfecta, derretirás a todos los que te vean. Menos a mi chico, espero. Te ves hermosa, espero que Ken te lo diga —sonríe.

—Gracias, tú siempre te ves hermosa —eso la hace sonreír aún más.

—Bueno, me iré a buscar a mi chico, deséame suerte.

Sale de la habitación sin esperar nada más. Me veo en el espejo y no me reconozco, la ropa es diferente, me veo casi deseable. Llaman a la puerta, voy y la abro.

—¡Guau! —dice Cind.

—¿Sophie logró convencerte? —pregunta Gast.

—Se ve así de bien, pero ¿lo que te importa es que la convencieron de ir a la fiesta? —le pregunta ofendida.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora