Capítulo 89: Casi un beso de cumpleaños

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Estaba durmiendo, cuando un ruido en mi habitación me despertó. Me siento en mi cama y examino que todo esté en orden, la luz azul no parece revelar nada. Escucho otro ruido, volteo a mi ventana y veo a Ethan ahí. Me asusto un poco, pero me levanto y voy hacia allá para abrirle.

—¿Sabes la hora que es? —digo mientras entra en mi cuarto.

—Sí y creo que mejor que tú.

—¿Qué haces aquí?

—Vine a celebrar tu cumpleaños.

Me entrega una bolsa de regalos y sonríe. Lo miro sorprendida.

—¿Por qué hay luz azul?

—Me da miedo la oscuridad —confieso—. Cuando estoy en un cuarto totalmente oscuro me da miedo ver sombras en la oscuridad.

—Entiendo.

Asiento con la cabeza y camino hacia mi cama, me siento en ella y abro el regalo que me dio. Veo una libreta, la saco y veo que es para dibujo.

—He visto que te gusta dibujar —está sentado en la cama, junto a mí.

—Gracias, justo la que tenía se terminó.

—Eso pensé cuando vi que dibujabas en la de ciencias sociales.

—Es que esa clase me aburre, pero gracias.

Lo veo y me acerco a él para abrazarlo. Él me rodea con sus brazos y me da un beso en la frente.

—Para que recuerdes que soy real.

—Gracias por repetirlo —sonrío.

—Hace unas noches noté que el techo de aquí es falso —dice viendo sobre mi cama.

—Sí, lo pusieron para tapar un tragaluz porque me daba miedo verlo mientras duermo.

—¿Se puede abrir?

—Creo que sí.

—Genial.

Ethan se quita los zapatos y se para sobre mi cama, batalla un poco con el techo, pero logra quitarlo. Veo el tragaluz mientras Ethan deja a un lado la pared falsa que quitó.

—Es bonito —me dice.

—Por suerte está nublado y la luna no se ve.

—¿No te gusta la luna? —me mira sorprendido.

—También me da miedo, siento que me persigue —sonríe.

—Eres muy rara.

—Perdón.

—Es lindo —dice antes de pararse sobre mi cama.

Examina por unos segundos el tragaluz y lo abre. Se asoma por ahí y me parece que intenta subir. Después de varios segundos lo veo subir al techo de mi casa, veo el tragaluz vacío por unos segundos hasta que se asoma.

—Ven.

No lo hagas —me grita Ocho asustado.

Pero no le hago caso, me levanto sobre mi cama y me estiro hacia el tragaluz. Ethan se acerca y me toma de la cintura para subirme, lo ayudo un poco. Al sacarme al techo de mi casa quedamos cerca él uno del otro, su rostro está a escasos centímetros del mío y siento su respiración sobre mí. Desvío mi mirada de él al resto del mundo, veo las casas y siento el viento rodeándome, eso me da algo de frío. Ethan me abraza y pasa sus manos por mis brazos para darme calor.

—¿Seguro que eres real? —eso lo hace reír.

—Feliz cumpleaños, Every.

Sonrío y volteo a verlo.

Bésalo —me ordena Uno.

Pero no me atrevo a hacerlo, me acerco a él y cierro los ojos mientras siento su respiración en mi oreja y los latidos de su corazón debajo de mi mano.

—Hay más viento del que creía.

—Aun así, es agradable estar aquí —digo.

—La próxima vez pensaré en algo que no te obligue a ver a la luna.

—Será un problema si solo nos vemos por las noches.

—Hay muchas cosas que se pueden hacer de noche que no involucran los exteriores y la luna. Pensaré en algo.

—Igual no la estoy viendo en este momento.

—No creo que estés viendo gran cosa.

—Veo lo que quiero.

Él toma mi cara entre sus manos y me examina, siento su corazón acelerarse, así que él mío hace lo mismo.

¿Va a besarte? —pregunta Uno con emoción.

No creo —dice Negro, suena molesto.

¡Creo que sí! —exclama Uno feliz.

Cuidado —dice Ocho con miedo.

Ethan se acerca y me da un beso en la mejilla, a escasos milímetros de mis labios. Suelto el aire que estuve conteniendo, ni siquiera había notado que lo hacía.

¡Pídele que te bese! —me manda Uno.

Pero no quiero hacerlo, me da miedo tan siquiera hablar. Ethan vuelve a abrazarme, siento de nuevo su calor y su respiración sobre mi oreja. Vuelvo a cerrar los ojos y disfruto de esta noche.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora