Capítulo 152: Un beso que se siente real

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Camino por el edificio Qu en dirección al elevador, esta semana está siendo muy pesada, se acerca el fin del semestre y todos estamos sufriendo. Llamo al elevador y espero, cuando las puertas se abren me encuentro cara a cara con Sophie, sonríe y sale.

—Hola, somos roomies, pero hace mucho que no te veo —sonríe.

—Me la paso en el taller de artes y la biblioteca, solo llego a dormir.

—Sí, estoy igual, tengo que ir a un ensayo muy importante.

Asiento con la cabeza y me hago a un lado para que pase, camina un poco, pero se detiene y voltea a verme.

—¡Oh! Escuché lo de Ken, es genial —frunzo el ceño.

—¿Qué cosa?

—Lo del cazador de talentos —no entiendo—. Espera, ¿no te ha dicho nada?

—No tengo idea de que hablas.

—Me dijeron que vendrá un cazador de talentos al partido de la próxima semana, busca un jugador novato para un equipo famoso. Muchos dicen que viene por él, es algo bueno, ¿no?

—Sí, no sé porqué no me ha dicho.

—Tal vez porque eso significaría alejarse de ti.

O callar a sus padres que no querían que se dedicara al futbol —me dice Uno.

Asiento con la cabeza.

—Solo espero que no arruine esta gran oportunidad por mí.

—Sería tierno.

—Sería estúpido.

—El romanticismo no es para todos —dice Sophie con una sonrisa.

—Definitivamente no, pero bueno. Tengo que irme.

Ella asiente con la cabeza y se despide con la mano. Entro en el elevador y subo a mi piso, camino por el pasillo y me detengo cuando veo a Ethan apoyado en la pared junto a mi habitación. Alza la mirada hacia mí y sonríe.

Hola.

—¿Hoy no estás ebrio?

No, vine sobrio. Quiero pedirte disculpas por eso.

Camino a mi habitación, abro la puerta y entro. Veo a Ethan afuera viendo mi habitación, parece dudar.

—¿No quieres entrar?

¿Puedo?

—Sí, apresúrate.

Ethan sonríe y entra en mi cuarto, camina hasta mi cama y se acuesta en ella. Voy a mi escritorio y pongo mis cosas sobre él, tengo mucho en lo que trabajar.

¿Te llegó mi carta? —lo miro.

—Tan real como tú —digo y saco cosas de mi mochila.

¿Qué?

—La vi, la tomé, pero ya no la encuentro. Desapareció porque no es real, igual que tú.

Veo el lienzo en blanco, no tengo idea de qué es lo que debo dibujar. He estado días dándole vueltas a este trabajo, pero no tengo buenas ideas.

¿Y tu novio?

—Que conste que tú eres el que lo menciona —digo sin apartar la mirada del lienzo—. Está en un entrenamiento, lo veré más tarde, tal vez. Solo si logro pensar que hacer.

¿Qué tienes que hacer? —se sienta en el borde de mi cama y ve el escritorio.

—Nos enseñaron una técnica para dibujar el agua hiperrealista, pero no quiero dibujar un mar ni ningún otro cuerpo acuático, eso es lo que todos harán. Quiero algo líquido que pueda ser único.

Las lágrimas son líquidas —dice.

—Eso también lo harán, seguramente. Aparte, las cosas van bien en este momento, no me siento muy inspirada para dibujar lágrimas —sonrío pensando en la noche que pasé con Ken hace unas semanas.

Que bueno que te la pasas bien con él —suena celoso.

—Sí, es muy lindo conmigo. Aunque, me pregunto porque no me ha dicho que me quiere, ¿por qué espera tanto?

Porque es Ken, se espera hasta que es tarde —lo miro, por cómo ve el piso parece molesto.

—Tú tampoco me lo dijiste —me mira.

Sí, debí decirte antes que también me gustabas y debí besarte cuando tuve la oportunidad.

—Exacto, no me culpes a mí y a Ken, estamos juntos porque tú no quisiste que estuviera contigo.

Y seguramente me arrepentiré el resto de mi vida.

—Y yo estaré con él el resto de la mía.

¡Vamos! No hablas en serio, ¿o sí? —parece divertido.

—Evidentemente sí, nadie más podrá lidiar conmigo y lo rara que soy. O eras tú o él. Y tú no eres real, así que le tocó a él.

Supongo que es mi culpa —suspira.

—Es culpa de ambos, nunca debimos enamorarnos.

¿Ya me superaste? —tiene los ojos tristes.

—En eso estoy, pero cuando estoy más cerca de ello vuelves de alguna manera.

De mi portafolio saco el ultimo dibujo que hice de él, es mi recuerdo del cumpleaños, hace días pensé en eso y quise dibujarlo. Se lo dejo cerca, él lo mira y suspira.

Esa fue una gran noche.

—Todas las noches contigo lo eran.

Ethan se acerca a mí y me da un beso rápido en los labios, se aleja unos centímetros y solo me mira. Eso no fue suficiente para mí, él abrió esta posibilidad y necesito más. Me acerco y lo beso, pone su mano en mi cabello y me atrae hacia él para que siga besándolo. El beso se intensifica, Ethan muerde mi labio inferior y me atrae hacia la cama junto a él. Se recuesta y me jala para que esté encima de él y siga besándolo. Me aparta unos centímetros y veo sus labios, deseosa por seguir besándolos y olvidando por completo que él no es real y yo tengo pareja.

Esto también lo puedes dibujar — dice acercándose y volviendo a besarme.

Escucho mi celular, es Ken. Me aparto de él y me siento en mi cama.

—No debimos hacer eso —lo miro, está sonriendo.

No soy real, ¿no? Así que técnicamente no hicimos nada. Pero si quieres me voy.

Lo miro, se remoja los labios y sé que debo dibujar.

—No, quédate.

¿No vendrá tu novio?

—No, no puede estar aquí mientras trabajo.

Regreso a mi escritorio, le escribo a Ken que trabajaré en algo y necesito estar sola. Dejo el celular a un lado y comienzo a hacer los trazos. Miro a Ethan para comprobar que lo estoy haciendo bien, él está absorto en lo que dibujo, siempre le ha gustado verme. Sonrío y continúo, esta será mi obra maestra del semestre, tiene que ser perfecta porque la idea lo es. Y todo gracias a él, me muerdo el labio inferior recordando como lo hizo.

—Gracias —me acerco a él y le doy un beso rápido, eso lo hace sonreír, pero no dice ni hace nada más.

Vuelvo a mi dibujo, cuando esté acabado será grandioso.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora