Capítulo 56: Malas noticias

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La directora nos está llamando al auditorio a todos, esto es extraño, no entiendo que es lo que quiere.

Malas noticias —dice Uno.

—¿Sabes que pasa? —le pregunto a Ken.

—No tengo idea —hace una mueca—, pero sé que es algo serio.

—Every —la psicóloga me llama en la entrada del auditorio—. ¿Te parece bien si te sientas junto a mí?

—¿Por qué? ¿Esto es por mí? —eso me asusta—. Le aseguro que he intentado portarme bien y ser lo más normal posible

—No te preocupes, no tiene nada que ver contigo.

—¿También puedo sentarme junto a usted?

Ken mira a la psicóloga y parecen estar comunicándose mentalmente, tal vez Ken sabe más de lo que creo.

Te miente —dice Ocho.

Esto es sobre ti —me grita Rojo.

Ya se dieron cuenta de que eres peligrosa —susurra Negro con malicia.

—Claro, vamos todos.

La psicóloga nos guía por el auditorio hacia dos de los asientos más cercanos del escenario. Me siento entre la psicóloga y Ken, estoy algo nerviosa por todo esto, así que muevo el pie frenéticamente. Ken pone su mano sobre mi pierna para detenerla, volteo a verlo y sonrío. Mi sonrisa desaparece cuando en la entrada veo a mis padres, ¿qué hacen aquí?

¡Rayos, esto sí es por nosotros! —grita Ocho.

Estoy preocupada —dice Uno, esto está muy mal.

—¿Qué hacen mis padres aquí? —le pregunto a la psicóloga.

Ella los ve y después me mira a mí.

No sabe que decir —me dice Uno.

Nos va a mentir —me advierte Ocho.

Pero la psicóloga no llega a contestarme nada porque en ese momento la directora camina al escenario. Volteo a verla y empiezo a morderme el labio por los nervios, todo está mal.

—Buenos días, chicos. No quiero andarme con rodeos porque la noticia que les daré no es tan sencilla de manejar y después de esto se pueden retirar a sus casas por el resto del día.

¡Maldición! —dicen Ocho y Uno al unísono.

—Esta mañana hablamos con la madre de una de sus compañeras de último año...

¡Maldición! —repiten Ocho y Uno al unísono.

La directora pasa la mirada por el auditorio y se detiene en mí.

—¡Maldición! —susurro al mismo tiempo que Ocho y Uno.

Veo a la directora tragar saliva, cierra los ojos por unos segundos y cuando los vuelve abrir una lágrima escurre por su mejilla.

—Su compañera Maddison se suicidó.

—¿Qué? —pregunto—. Esto es broma, ¿no?

Miro a Ken, él tiene la mirada en el piso. Miro a la psicóloga, ella me está mirando con tristeza.

Esto es real.

Te lo dijimos —gritan Rojo y Negro.

Me levanto de mi asiento, no me puedo quedar aquí. Necesito irme a un lugar donde pueda actuar como loca sin asustar a los demás. Corro por el pasillo y salgo del auditorio sin entender bien que es lo que estoy sintiendo y si todo esto es real o solo está pasando en mi cabeza. Espero que esto solo esté pasando en mi cabeza.

Esto es real —me dice Uno.

Me dejo caer en el piso y miro una pared, soy incapaz de llorar, solo quiero estar aquí por un rato más.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora