Capítulo 147: Demasiado intenso para una mente desorganizada

0 0 0
                                    

Ken y yo vamos caminando hacia el edificio Qu, la música sigue resonando en mis oídos, me siento como si estuviera bajo el agua. No bebimos demasiado, pero me siento rara, como si estuviera soñando.

—¿Te gustó tu primera fiesta?

—Fue interesante, me gustó conocer a Lara y Joki.

Nuestras voces suenan roncas por estar gritando para hablar.

—Al inicio son raros, pero les he agarrado mucho cariño.

—Ellos a ti.

—Quiero creer que sí.

Llegamos al edificio y subimos en el elevador hacia mi cuarto, al llegar a la puerta veo una corbata en ella. Frunzo el ceño con confusión, ¿se le habrá quedado a algún chico?

—¡Oh, creo que Sophie trajo a alguien!

—¿Cómo puedes saberlo?

—Eso significa la corbata.

—¿Dónde dormiré?

—Mi compañero de cuarto no está, puedes venir si quieres.

¡Rayos! —exclama Uno.

Asiento con la cabeza y camino junto a él de vuelta al elevador. En esta segunda subida no hablamos, veo que pasa su mano por sus ojos, parece que está cansado. Llegamos a su piso y caminamos a su habitación, abre la puerta con dificultad y pasamos. Prende la luz y me mira.

—¿Quieres que te preste algo de ropa para que duermas mas comoda?

¿Si quiere dormir? —pregunta Maddison divertida.

La busco en la habitación, pero no está, solo fue su voz.

Regreso mi mirada a Ken, parece confundido, tal vez un poco por el alcohol y otro poco por mi culpa.

—No, creo que esta ropa no es tan incómoda.

—Bueno.

Ken apaga la luz y me toma de la mano, llevándome a su cama. Se sienta primero y luego se acuesta en ella, me jala más para que haga lo mismo. Nos acostamos frente a frente, sonríe.

—Tu padre nos mataría si supiera esto —me río.

—Que bueno que no le diré nada.

Me acerco a él y lo beso, pasa sus manos por mi cintura y me atrae hacia él. En el beso siento su lengua en mis labios, lo que me anima a dejarla pasar a mi boca. Los besos suben de tono y las caricias también. Su mano pasa debajo de mi blusa y toca mi abdomen, lo acaricia mientras sigue subiendo. Con su otra mano guía una de las mías debajo de su playera.

¿Harás esto, Every? —me pregunta Uno.

Detengo mis manos y me alejo de él.

—Espera, yo...

—Sí, entiendo —habla agitado y acaricia mi mejilla—. Debemos dormir, hoy fue un día intenso.

—Sí, gracias por esta noche.

Le doy un beso, uno lento y tierno. Ken sonríe y se acomoda boca arriba y me jala hacia él. Apoyo mi cabeza sobre su pecho y pongo mi mano sobre su abdomen, por encima de su playera. Ken acomoda su mano derecha sobre mi cintura, pero la suya si se resbala debajo de mi blusa.

Solo me detuve por Uno, pero creo que quería hacerlo. Tal vez un día con menos alcohol en mi sistema sea una mejor idea. Hasta ahora resultó interesante e intenso, pero no en una mala manera. Cierro los ojos y me relajo, es algo difícil con él junto a mí.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora