Capítulo 123: Esto no es una película

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Veo las paredes blancas que me han rodeado desde hace casi 24 horas, ni siquiera pude dormir porque todo aquí es espeluznante. Quiero golpear mi cabeza contra la pared, pero sé que si lo hago menos me dejarán salir de aquí. Maddison e Ethan estuvieron un rato aquí hablándome, pero no se quedaron mucho. Hasta Rojo y Negro se cansaron de abrumarme aquí dentro.

Escucho un ruido en la puerta y cuando se abre veo a Karen frente a mí, parece molesta.

—Jax se pasó de la raya, él no tiene derecho a determinar que es mejor para mis pacientes —no me lo está diciendo a mí—. Ven, Every, ya puedes salir.

Me levanto rápidamente y camino hacia ella. Salimos juntas de la celda de confinamiento y de esta área del pabellón. Me regresa a Locolandia y se despide de mí. Camino al área común, quiero volver a sentirme normal o lo más normal posible en este lugar.

Pero cuando llego a la sala común me encuentro con que nada es normal, todos los internos están sentados frente a un nuevo. Incluso El Mesías parece verlo con adoración. Me acerco hacia ellos para averiguar qué está pasando.

—¡El fin del mundo se acerca! —dice el nuevo.

Todos empiezan a alterarse, el Mesías se levanta y grita con miedo. Miro toda la escena con confusión.

—¿Cómo sabes? —pegunto.

—Yo lo vi, estuve afuera hace poco y sé lo que realmente está pasando.

Veo el pánico en la cara del resto de los internos, justo la razón por la que la realidad no debe cruzar estas puertas. Los locos no deben exponerse a lo que pasa en el mundo exterior porque eso los abruma.

—Hay que escapar de aquí. El mundo se va a terminar y no quiero morir aquí.

Veo a todos asentir con la cabeza y comienzan a crear un plan para escapar, escucho todo, pero no creo que sea buena idea. Nada de esto es correcto, sé que saldrá mal y no quiero volver a aislamiento, pero tampoco quiero acusarlos para no traerles problemas.

—Huiremos ahora —dice el Mesías.

El resto asiente con la cabeza y se preparan para iniciar el plan. Todos caminan hacia las puertas, sin pensar demasiado en las consecuencias de sus acciones. Me acerco a Landy y la detengo.

—No lo hagas.

—Quiero irme de aquí —me grita.

—Esto no saldrá bien.

—Prefiero intentarlo.

Me aparta de un empujón y sale junto al resto de internos. Veo al enfermero Darren ver la escena con consternación. La estudiante está junto a él y no parece estar segura de qué es lo que debe hacer. Estoy segura de que esto terminará mal cuando el psiquiatra Jax se entere de esto, espero que no les haga nada demasiado malo.

—¿Qué pasó? —me pregunta Karen.

—No quiero traerles problemas —niego con la cabeza.

Ella me mira y parpadea varias veces, voltea a ver la sala vacía y luego regresa su mirada hacia mí, pero esta vez me ve con ternura y tristeza.

—No deberías estar aquí, este lugar te consumirá y te obligará a deslizarte hacia la locura. Eres demasiado funcional para esto —me sonríe—. Pronto te irás a casa, lo prometo.

Ella se levanta y va hacia el patio, donde seguro están todos intentando salir de aquí. Hasta hace unos días creía que este era el mejor lugar para mí porque estar rodeada de locos me gustaba y me hacía sentir libre, pero ahora quiero irme. Quiero volver a mi casa y a mi vida donde lo más loco sucede dentro de mi cabeza.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora