Capítulo 137: Compañera de cuarto

1 1 0
                                    

Después de un viaje no tan largo llegamos al campus, bajamos del automóvil y mis hermanos corren mientras mi padre saca mis maletas. Es interesante como todas mis cosas de valor se limitan a dos maletas. Mi padre lleva ambas maletas mientras mi madre trata de controlar a mis hermanos, para lograrlo les pasa una bolsa que trajo con cobijas y almohadas para mi habitación.

—Los alumnos de nuevo ingreso diríjanse al edificio Qu para que se les designe su habitación —dice un hombre a través de un megáfono.

—Es el de allá —señala Connor.

Veo el edificio que señala y caminamos hacia él, Daniel va hablando sobre las personas que ve y menciona que le gustaría ver a Ken por aquí. Llegamos al edificio Qu y vemos a varios estudiantes de nuevo ingreso hablando con otros estudiantes con camisas negras donde se lee "Ayudantes".

—Buenos días, ¿cuál es tu nombre? —me pregunta una chica de cabello azul oscuro.

—Every Sainz.

Ella asiente con la cabeza y empieza a buscarme en una lista.

—Te tocó la habitación 48 junto a una estudiante de teatro, ella ya está ahí. Tu habitación se encuentra en el cuarto piso —me sonríe y se aleja.

Los cinco caminamos hacia el elevador y marcamos el piso cuatro.

—¿El dormitorio será mixto? —pregunta mi madre.

—Pues las habitaciones no lo son, eso me reconforta —dice mi padre.

—Tranquilo, Ken me cuidará.

—Creo que le preocupa que Ken también es un chico —dice mi madre con una sonrisa.

—Por suerte me agrada —dice él, pero no parece tranquilo.

El elevador llega al piso y salimos de él, buscamos mi habitación y al llegar vemos la puerta abierta. La chica que está dentro es castaña, con las puntas del cabello pintadas de verde, me mira y sonríe.

—Buenos días, soy Sophie Tuck, estudio teatro.

—Every Sainz, artes plásticas.

—Nosotros somos sus padres y hermanos —dice mi madre.

—¡Que lindos! Mis padres también me trajeron, pero se fueron hace un rato —me mira—. No he elegido lado, ¿tienes alguna preferencia?

—No, tú elige.

Ella sonríe y se acerca la cama de la izquierda. Mi padre deja mis maletas cerca de la cama de la derecha y mi madre deja la bolsa con cobijas encima de mi cama. Despues me toman de las manos y me sacan al pasillo, es algo incómodo porque pasa mucha gente por aquí.

—Cuídate mucho —dice mi madre—. Estudia, aprende y diviértete —me sonríe y me abraza.

—Pero no te diviertas demasiado —dice mi padre con preocupación.

—¡Te vamos a extrañas! —dicen los gemelos al mismo tiempo.

—Háblanos cada que quieras y puedas, siempre querremos saber de ti —dice mi padre.

Los cuatro se acercan a mí y me estrechan en sus brazos.

—Los voy a extrañar —susurro.

Nos separamos, mis padres se secan lágrimas y mis hermanos me sonríen ampliamente. Se alejan hacia el elevador y antes de irse los despido una vez más con la mano. Camino de vuelta a la habitación y comienzo a ordenar mi lado, saco un par de cosas y escucho un suspiro de admiración.

—¿Tú lo hiciste? —me pregunta Sophie, miro lo que señala, es un cuadro de mi familia.

—Sí.

—Te quedó muy bien, eres buena.

—Gracias.

—Ahora que tu familia se fue, ¿hay algo raro que deba saber sobre ti?

No lo digas —me dice Ocho, pero ambos sabemos que no le haré caso.

—Tengo esquizofrenia, pero no soy peligrosa y tomo medicamentos.

—¡Cool! ¿En serio? —no parece asustada.

—Sí, me diagnosticaron a los 10 años.

—¿Estás viendo algo ahora? —sonrío.

—No.

—¿Escuchas algo?

—Muchas cosas —ella sonríe.

—Creo que no nos aburriremos —asiento con la cabeza—. ¿Tienes a alguien? ¿Un novio del que deba saber porque seguro vendrá a verte?

—¿Por qué crees que lo tengo?

—Eres muy linda y escuché que tu padre dijo que no te diviertas demasiado —se ríe.

Llaman a la puerta.

—Supongo que es él —me dice con una sonrisa pícara.

Camino a la puerta y al abrirla veo a Ken, me sonríe y me da un beso en la mejilla.

—Este lugar es un caos —mira hacia dentro y saluda con la mano—. ¡Buenos días!

—Hola, soy Sophie, la roomie.

—Yo Ken.

—¿El novio? —lo veo dudar.

—Sí, justo de quien hablábamos —respondo.

Ken sonríe.

—Ven, te enseñaré mi habitación, por si algún día tienes que ir.

Me toma de la mano y antes de cerrar la puerta veo a Sophie sonreír y lanzarme una mirada que tal vez significa algo, pero no la entiendo. Ken me lleva al elevador y marca el piso ocho.

—Mi habitación es la 84.

—Al revés que la mía, ¿así supiste donde estaba? —se ríe y acaricia mi mejilla.

—Le pregunté a uno de los ayudantes.

—¿Pueden decirte eso?

—Digamos que convencí al chico con mis poderes de Ken.

Me acerca a él y me da un beso en la mejilla, muy cerca de los labios. Los ve y parece tentado, pero se detiene porque la puerta del elevador se abre. Salimos del elevador y caminamos hasta la puerta con el número 84, él la abre y vemos a un chico de cabello rizado y amplia sonrisa.

—Hola, Ken, ¿quién es esta adorable chica?

—Mi novia, Every.

—¡Oh, entonces seguro nos vemos seguido! —sonríe más—. Soy Carson.

—Mucho gusto —sonrío.

—¿Qué estudias, Every?

—Artes plásticas.

—¡Guau, toda una artista! Temo decir que lo mío es aburrido, contabilidad.

—Me gustan las matemáticas, no lo veo tan aburrido —eso lo hace sonreír.

—Muy amable de tu parte —ve a Ken y sonríe—. Bueno, los dejo, mi mejor amigo debe estar por aquí, lo buscaré.

Sale de la habitación y nos deja solos, Ken también tiene el lado derecho. Examino sus cosas, todo está en perfecto orden y su cama completamente tendida, típico de él.

—Por la tarde tendré pruebas para el equipo de fútbol —toma mi mano y atrae mi atención—. ¿Puedes venir? —parece que me suplica.

—Claro que sí, ¿qué tipo de novia sería si no estoy ahí?

Sonríe y se acerca a mí, sostiene mi rostro con sus manos y lo acaricia. Me da un beso en la mejilla, uno tierno y extremadamente lento. Se aleja de mí y sonríe.

—Gracias, tendré suerte cuando estés ahí.

—No la necesitas, eres talentoso, pero ahí estaré igual.

Ahora yo le doy el beso en la mejilla, sonríe mucho más que antes.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora