Capítulo 68: Invocación

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Ya es de noche, mi prima y yo llevamos unas horas esperando a que el resto de la familia se duerma. Ella ofreció que me quedara a dormir en su cuarto para poder hacer la invocación a esta hora sin hacer demasiado ruido.

—Creo que ya es hora.

Mi prima se levanta de la cama y comienza a preparar todo en el suelo, no estoy muy segura de que esto vaya a funcionar porque lo hace todo siguiendo un video tutorial. En el suelo dibuja un pentagrama con sal, en cada esquina le coloca una vela y las prende. En medio del pentagrama coloca el suéter de Maddison, me prometió que no va a pasarle nada al suéter, según ella es solo para contactar a la persona correcta.

—Siéntate en el suelo, ahora voy.

Le hago caso y me siento frente al pentagrama, Cassandra apaga la luz y se sienta a mi lado. El cuarto solo está iluminado por las luces de las velas y tengo que admitir que me está dando algo de miedo, las esquinas oscuras siempre hacen que mi esquizofrenia se altere. Miro a Cassandra, ella tiene la mirada fija en el pentagrama.

—¿Lista?

—Veamos si lo logramos.

—Bien —Cassandra asiente con la cabeza—. Maddison, te llamamos de tu lugar de descanso eterno para que te manifiestes un momento mas en este mundo terrenal. Te abrimos el portal al mundo de los vivos para que estés una vez más entre nosotros. Si estás aquí, haznos una señal.

Se queda callada, lo que hace que el suspenso crezca dentro de mí. Miro alrededor de la habitación esperando que algo suceda, Cassandra me explicó que podría ser cualquier tipo de señal.

No va a pasar nada —me dice Uno.

¿En serio creías que Maddison querría volver a verte? —me dice Negro con asco.

—Maddison, te invitamos a que te comuniques con nosotras, cualquier señal será bien recibida.

Vuelve a quedarse callada, algo que Negro y Rojo también deberían hacer, sus voces no me dejan concentrar en lo demás. Escucho a Cassandra suspirar, la veo frustrada.

—Creo que no va a funcionar —le digo poniéndome de pie.

—Maddison, por favor, danos una señal de que estás aquí.

Miro alrededor una vez más, pero sé que no pasará nada. Entonces un golpe en la puerta hace que me sobresalte, Cassandra exclama un grito agudo, así sé que fue real y no mi esquizofrenia jugándome una mala broma. Miro a Cassandra, ella está asustada viendo hacia la puerta.

—¡No creí que funcionaría! —exclama con sorpresa—. Creí que todo esto era mentira, ¿seguimos?

—Pues sí, no podemos dejar tu cuarto embrujado —ella asiente con la cabeza.

—Maddison, te invitamos a que entres a nuestro mundo físico una vez más.

Ni bien acaba de decir eso y la puerta se abre estrepitosamente, ambas gritamos por el miedo mientras vemos una sombra entrar al cuarto.

—¿Qué hacen?

La luz se enciende y vemos a Oliver frente a la puerta, primero nos ve a nosotras y luego el pentagrama en el suelo.

—¿Qué es eso, Cassandra?

—¿Tu golpeaste la puerta antes? —le pregunta ella molesta.

—Claro que lo hice, ¿en serio sigues creyendo estas tonterías?

—Estoy intentando ayudar a Every.

—Claro que no, haces eso por ti.

—Confieso que me emocionaba hacerlo, pero es por ella.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora