Capítulo 50: Invitación frustrada

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La semana ha estado demasiado aburrida, pero Maddison no ha faltado a clases, que es lo más importante. No siempre entra a todas las clases, pero que esté aquí ya lo considero una victoria.

El timbre suena, marcando el final de las clases, empiezo a arreglar mis cosas y volteo al asiento vacío de Maddison, sus cosas siguen en su lugar, supongo que volverá pronto por ellas. Me levanto de mi lugar, creo que la ayudaré un poco.

No vas a ayudarla con nada —dice Rojo.

No sirves para nada —dice Negro.

—No están muy agradables hoy —frunzo el ceño.

—¿Rojo y Negro? —volteo asustada, pero solo es Ken.

—Sí, me han estado molestando todo el día.

—¡Que mal!

Me lo quedo viendo unos segundos.

Quiere decirte algo —me dice Uno.

Ahora esta, todos están actuando de manera extraña estos últimos días. Frunzo el ceño, nada de esto me gusta.

—¿Estás bien? Pareces... dispersa.

—Es la forma amable de decir que estás más loca que de costumbre —dice Mackenzie, está detrás en su lugar aun guardando sus cosas—. No sé que le ves, Ken, pero admito que es valiente andar con una esquizofrénica. Al final, nunca sabes cuando se va a poner loca y va a atacar.

—¿Mackenzie es real? Porque eso sonó a algo que diría Negro —le pregunto señalándola.

Ella me mira indignada.

—Claro que soy real, estúpida.

—Eres una verdadera molestia —le dice Ken—. Vete, por favor, o llamo a algún profesor.

Ella suspira mientras termina de guardar sus cosas.

—Supongo que eres igual de raro que ella.

Ambos la vemos salir del salón, no entiendo que seguía haciendo aquí, usualmente sale volando cuando el timbre suena. Dejo de verla y vuelvo a Ken, él sigue viendo la puerta. Me dispongo a guardar las cosas de Maddison cuando me toma la mano y me hace voltear a verlo.

—¿Has visto lo del baile?

—Es difícil no verlo.

—¿Quieres ir?

—Pues nunca he ido a uno y Maddison y Alice quieren que vayamos juntas.

—¡Oh! ¿Ya tienes planes? —se ve triste, algo decepcionado—. Creo que lo pensé demasiado y terminé llegando tarde —recupera su sonrisa habitual—. Me hubiera gustado que fuéramos juntos.

—Vayan juntos —lo veo respingar cuando Maddison habla.

—¿Cuánto tiempo llevas escuchando?

—Lo suficiente, insulté un poco a Macklímica cuando salió del salón —sonríe con orgullo—. Pero bueno, creo que deben ir juntos al baile, sería una manera especial de pasar tu primer baile —su sonrisa es radiante, pero sus ojos reflejan una profunda tristeza.

—Pero ya tenían un plan, se me hace feo cambiárselos.

—Yo no tengo problema y creo que Alice podrá entenderlo.

—Mejor vayamos los cuatro juntos, como amigos —le dice Ken.

—Eso suena bien —Maddison se anima y sonríe más.

—Entonces los cuatro —Ken voltea y me sonríe.

—Me parece bien.

—Bueno, ustedes sigan con lo suyo, yo voy a retirarme.

Veo como se acerca a nuestra mesa, guarda sus cosas apresuradamente y toma su mochila. Me hace unas señas que no entiendo y sale del salón.

—¿Quieres que ya nos vayamos? —me pregunta.

—Sí, seguro mi madre ya me está esperando.

Tomo mi mochila y la pongo sobre uno de mis hombros, camino junto a Ken hacia la salida. Nos detenemos unos segundos para que él tome su mochila. Salimos del salón, él toma mi mano mientras caminamos por el pasillo hacia la salida de la escuela.

—Voy a pasar rápido a mi casillero, hoy me quedo más tarde por el club de fútbol.

—Está bien.

Hay gente que aun nos ve con curiosidad, incluso cuando ha pasado bastante tiempo desde que empezamos a salir. Los entiendo, para mi sigue siendo raro y lo siento aun más incómodo por lo que pasó la última vez que Maddison faltó. Hablamos sobre eso y ambos nos disculpamos, pero después de eso me di cuenta de que no me va a ayudar en nada con el plan antisuicidios.

Ken se detiene en su casillero, me quedo a un lado esperando a que termine de guardar sus cosas.

—Listo —me dice.

Seguimos caminando y él vuelve a tomar mi mano. Caminamos juntos, no me preocupa que mi madre nos vea juntos porque ya sabe que estamos saliendo y está increíblemente encantada. Mi padre parece algo nervioso con el tema, pero siempre me pregunta por Ken. Y mis hermanos lo aman, la última vez que fue a mi casa estuvo una hora jugando con ellos. En general, todos lo quieren.

Veo el automóvil de mi madre y me emociono, camino más rápido, casi jalando a Ken para que se apresure. Ella nos ve y baja el cristal para saludarlo.

—Buenas tardes, señora.

—Buenas tardes, Ken, ¿cómo estás? Ya ha pasado un tiempo desde que fuiste a la casa, los gemelitos te extrañan.

—Espero poder ir en unos días —él sonríe.

—¿Ya nos vamos?

—Claro, sube. Hoy vamos a la psiquiatra, supongo que estás emocionada por ir.

—No estoy muy emocionada con nada hoy —hago una mueca.

Volteo a Ken, él me sonríe con tristeza. Lo abrazo rápidamente y subo al automóvil de mi mamá.

—Nos vemos mañana —me dice.

—Hasta mañana —digo levantando la mano a forma de despedida.

—Hasta luego, Ken.

Mi madre dice eso último y avanza, vamos hacia la escuela de mis hermanos.

—Ken es lindo.

—Sí.

—¿Quieres invitarlo pronto a la casa?

—No demasiado.

—Sería bueno que fuera.

—Pues veremos.

—¿Si te gusta? —la miro con curiosidad, está seria.

—Sí, creo. En este momento estoy más preocupada por los exámenes finales.

Por Maddison, mejor dicho —dice Uno.

Claro que sí, pero nadie puede saber eso.

—Bueno, trátalo bien, es un buen chico.

—Eso intento.

¿Lo intentas? —pregunta Rojo.

Lo vas a terminar destruyendo —me grita Negro.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora