Capítulo 74: Clases privadas

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La campana de la escuela suena, marcando el final del día. Guardo mis cosas lentamente, hoy me toca quedarme dos horas más en la escuela para que Kenneth me ayude con las tareas. Realmente lo unico que necesito es saber que hacer, pero le daré gusto a la directora, la psicóloga y mis padres y asistiré a las tutorías, tal como lo prometí ayer.

—Hola, ¿lista?

Veo que Kenneth ya llegó hasta donde estoy, lleva su mochila sobre ambos hombros.

—Lo mejor que puedo estar —digo poniéndome de pie.

Tomo mi mochila y la cuelgo en uno de mis hombros. Kenneth y yo caminamos juntos por el salón, él no dice nada y yo tampoco. Salimos del salón y vamos hacia la cafetería. Es raro tener que ir ahí a hacer tarea, pero no teníamos de otra porque sigo vetada de la biblioteca.

—¿Necesitas ayuda en ciencias sociales? —me pregunta cuando entramos en la cafetería.

—Pues solo necesito saber que tengo que hacer de tarea.

—¿Para los exámenes podremos estudiar juntos? —esa pregunta me sorprende.

—Creo que lo mejor es que no, recuerda que ya no estamos juntos y prefiero evitar problemas con Hannah.

Me acerco a una de las mesas y me siento en la primera mesa que encuentro vacía.

—Pero estamos aquí ahora y aceptaste que fuera tu tutor —se sienta frente a mí.

—Acepté porque no tenía de otra porque sé que no le caigo bien a nadie en esta escuela y reconozco que necesito ayuda con las tareas.

—¿No me elegiste? —eso lo desilusiona un poco.

—No, la directora te mencionó y mi madre parecía emocionada con la idea.

—Extraño a tu familia, sobre todo a tus hermanos —sonríe.

—Ellos también te extrañan.

—¿Y tú?

Por favor, no seas mala con él —me dice Maddison, que aparece mágicamente junto a Kenneth.

Desvío por unos segundos mis ojos hacia ella, pero rápidamente los regreso a Kenneth. Él no parece notarlo.

—No me he dado el tiempo a pensar mucho en eso. Mi psiquiatra me dijo que estoy haciendo un capullo emocional para protegerme desde la muerte de Maddison y que me es más fácil arrancar todo de raíz que permitirme experimentar los conflictos emocionales.

Eso lo sorprende.

—Te lo dije, estoy loca, pero no soy estúpida —él sonríe.

—Nunca he pensado que seas estúpida ni loca.

—Si tú lo dices.

Bueno, parece que no me necesitan aquí. Así que mejor me voy —Maddison desaparece.

Entonces lo entiendo, tengo que hacer amigos y socializar con gente para que ella no esté porque ese es el propósito de su existencia, erradicar mi soledad. Sonrío, solo tengo que hacer que una persona en esta escuela valore mi locura y quiera juntarse conmigo, lo cual es imposible porque la única persona que me quiere a su lado es Kenneth. ¡Rayos, tendré que rebuscar en la locura de la escuela!

Solo una loca depresiva quería ser tu amiga y terminó suicidándose —me dice Negro.

¡Déjenla! Alice también era su amiga —me defiende Uno.

La loca con TOC fue obligada, no lo hacía porque quería —dice Rojo.

Es obvio, por eso no está aquí ahora —recalca Negro.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora