Epílogo

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-10 años después-

Estoy viendo el cuadro de Gast, es precioso, su manejo de las sombras mejoró notablemente desde que tomó ese curso, tal vez yo también debería tomarlo. Aunque la verdad es que solo estoy aquí porque estoy muy nerviosa y esta galería es lo único que hace que me relaje. La cena de esta noche es muy importante y temo lo que me puedan decir.

-Disculpa, ¿Every? -esa voz.

Volteo a mi izquierda y veo a Ken, lo reconozco sobre todo por su voz porque está muy cambiado. Pero igual es que ha pasado mucho tiempo desde que lo vi por última vez.

-¿Ken? -sonríe.

-Por un momento temí que no me reconocieras.

-Casi no lo hago, ¿qué haces aquí? Lo último que supe es que estabas jugando en ese equipo del que siempre hablabas -lo recuerdo, nunca pude entender el futbol.

La gente nos ve -dice Ocho nervioso.

Creo que lo ven a él, al fin y al cabo, es famoso, creo.

-Sí, sigo ahí, es grandioso. Todo gracias a que no me dejaste abandonar mi sueño de niño.

-Esos son los mejores -sonrío.

-Sí. Carson me dijo que aquí se exhibían algunas de tus obras, pasé para verlas, pero no creí encontrarte.

-Vine a cobrar, la semana pasada vendieron varias de mis obras.

-Felicidades.

-Gracias -sonrío.

-Un amigo del equipo es muy fan tuyo, me dijo que siempre ha querido poner una de tus obras en su sala -me río un poco.

-De hecho, hay una. Sígueme.

Me conozco muy bien esta galería, la conozco a la perfección, así como tengo el inventario de mis obras que quedan aquí y sé que esta le gustará. Pasamos a la siguiente sección de la galería, me acerco a mi cuadro y me detengo a apreciarlo una vez más. Hoy podría mejorar cosas, pero estoy orgullosa de él.

-¿Es de...?

-El primer partido que jugaste y ganaste en Mitril, estaría mejor en la sala de un jugador que en esta galería casi totalmente abandonado.

-Es genial -lo veo, sonríe.

Me voltea a ver y toma mi mano izquierda, siente el anillo en mi dedo y voltea a verlo.

-¿Estás casada?

-Sí, te envié la invitación, pero cambiaste de número -sonríe con tristeza y asiente con la cabeza.

-¿Con Ethan?

-Sí.

-Felicidades.

-Gracias, me hubiera gustado que estuvieras ahí, pero no pude contactarte y entiendo que estuvieras ocupado. Tu vida es totalmente diferente a la mía.

Revisa la hora en su reloj.

-Bueno, me tengo que ir, quedé con unos amigos. Nos vemos luego.

Se acerca y me abraza. Me suelta y sonríe con tristeza, es tan raro verlo ahora, totalmente diferente a lo que era cuando lo conocí. Se aleja y justo veo a Ethan aparecer, lo ve y sonríe.

-¡Toda una celebridad! -le dice.

-Hola, Ethan.

Ken no se detiene, sigue caminando. Ethan lo ve y suspira con sorpresa. Camina hacia mí sonriendo y me da un beso rápido en los labios.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora