Capítulo 142: Mas dudas que respuestas

0 1 0
                                    

—Hola, Every —me saluda mi psiquiatra.

—Buenas tardes, soy Ken.

—Su novio, ¿no?

—Sí —Ken parece complacido de que hablé de él con mi psiquiatra.

—Bueno, ¿entramos?

Mi psiquiatra se adelanta, le doy un beso rápido a Ken y camino hacia el consultorio. Entro y me siento en el diván. Mi psiquiatra se sienta.

—Hay dos cosas de las que quiero hablar —parece sorprendido de que hable tan rápido, usualmente me tomo más tiempo antes de decir algo.

—Bien, ¿qué pasa?

—Ya di mi primer beso —sonríe.

—¡Genial! ¿Qué tal fue?

—Bien, creo que estuvo bien, pero creo que será un problema.

—¿Por qué?

—Ken siempre ha estado para mí, es un gran amigo y lo considero un buen chico. Aun ahora lo es, su cuarto siempre está acomodado y hemos tenido citas en la biblioteca para hacer tarea. Pero me da miedo que ahora que nos besamos quiera hacer algo más —mi psiquiatra entiende y asiente con la cabeza.

—Evidentemente, sería tu primera relación sexual, ¿no? —asiento con la cabeza—. Siempre es bueno que la primera vez sea con una persona que queremos y en quien confiamos, ¿qué es lo que te preocupa?

—No saber si es normal o si quiero hacerlo. Por tener un trastorno mental nunca sentí que podría atraer a alguien y ahora estoy con estas dudas sobre si quiero tener relaciones sexuales con él.

—Every, es completamente normal que quieras experimentar tu sexualidad. Eres una persona con esquizofrenia, pero eso no quita el hecho de que posees libido. No te cierres a la idea de practicar esto, mientras quieras hacerlo y tengas protección.

—Entonces, ¿no está mal?

—Claro que no —sonríe—. Solo recuerda que si no quieres debes decirlo y él debe respetar esa decisión.

—Claro, consentimiento.

—Exacto, pero si Ken es tan buen chico como crees, seguramente te escuchara y solo harán lo que ambos estén dispuestos a hacer. No creo que tengas nada que temer, solo usen algún método anticonceptivo.

—Sí, yo no quiero hijos.

—¿Por qué?

—No quiero heredarles esquizofrenia —él abre la boca para decir algo—. Sé que la transmisión no es completamente genética, pero si a ese factor se le suma crecer con una madre con esquizofrenia, seguro que lo terminan desarrollando. Siempre he tenido claro que no quiero hijos.

—Muy bien, entiendo tu punto —anota algo en su libreta—. ¿De qué más quieres hablar?

—¿Mis padres o mi psiquiatra anterior le mencionaron a Ethan?

—No, tus padres solo mencionaron que hubo un conflicto con tu psiquiatra anterior y que por eso decidieron que lo mejor sería que tuvieras otro. Tu psiquiatra me mandó tu expediente y leí sobre las voces, pero en sus reportes nunca mencionaba los nombres de tus amigos —sonrío.

—Ethan no es real, fue un chico que inventé para no sentirme sola después de que Maddison, mi mejor amiga, se suicidara —él asiente con la cabeza, conoce esos hechos—. Al inicio estaba convencida de que era real, pero poco a poco fui dudando y él terminó confesándome que lo había imaginado. Me dolió mucho perderlo y asumir la verdad, por eso hubo un día en que no quise pararme de la cama y después me internaron en el hospital.

—Es curioso, sé de ese día que no quisiste salir de cama, pero la doctora April Hale no reportó la causa. No me parece un dato digno a omitir —parece que habla más con él que conmigo—. Pero continúa, ¿qué pasó?

—Hoy encontré una carta suya en mi escritorio, pude reconocer su letra —se sorprende.

—¿Tienes la carta?

—Eso es lo curioso, la dejé sobre mi escritorio unos segundos y dejé que entrara Ken en mi cuarto. Volví a mi escritorio y la carta ya no estaba, le pregunté a Ken, pero me dijo que no había visto nada —entrecierra los ojos.

—Qué raro, ¿no?

—Sí, aunque no sería la primera vez que me invento un objeto. Antes de saber lo de Ethan el me "regaló" una libreta y yo juraba que era real, pero al momento de buscarla para seguir creyendo que era real, nunca la encontré.

—Entonces, ¿crees que la carta tampoco fue real?

—Sí, pero quiero saber por qué vuelvo a ver todo eso.

—Creo que es por el estrés, estás entrando a la universidad y evidentemente te estresas por eso, sumado a lo que está pasando en tu relación.

Frunzo el ceño.

—Hacía mucho que no lo veía, ayer fue a mi cuarto y hablamos, se molestó porque besé a Ken y me dejó sola. Hoy vi la carta. Es raro.

—Sí, es raro y difícil de entender, pero tiene sentido que todo se desencadene por el estrés.

Asiento con la cabeza, es posible. Los exámenes están cerca y este asunto con Ken me tiene algo tensa. Solo es otro intento desesperado por creer que Ethan es real.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora