Capítulo 51: La historia de Maddison

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—¡Hola! —Maddison me saluda muy efusivamente en el pasillo de la escuela.

Maddison lleva dos días en los que parece muy feliz.

—Hola.

—¿Tienes planes para hoy? —me pregunta.

—No, hoy no voy con mi psiquiatra.

—¡Excelente! ¿Quieres ir a mi casa?

—¿Hablas de ahora?

—Sí, es perfecto. Ya estamos saliendo y quiero que conozcas mi humilde morada —sonríe de oreja a oreja, es raro verla así.

—Pues habría que ver si mi madre me deja ir.

—¡Andando! Ya debe estar esperándote.

Caminamos juntas hacia la salida de la escuela y compruebo que mi madre está ahí esperándome como siempre. Ve que me acerco y baja la ventana del automóvil.

—Buenas tardes, señora. Soy Maddison, amiga de Every.

—Claro, Every te menciona muchísimo —mi mamá sonríe, sé que le hace feliz que tenga una gran amiga.

—¡Genial! Me preguntaba si puede dejar que vaya a mi casa hoy.

—¿Hoy? ¿No es un poco tarde para avisar? —me mira.

Creo que está molesta —me advierte Ocho.

—Sí, disculpe, es un plan que surgió a última hora —dice ella con una gran sonrisa.

—¿Cómo irían allá?

¿Va a aceptar? —pregunta Uno.

—Pues podemos ir en camión, sé moverme muy bien sola —eso no parece gustarle.

—¿Es muy lejos de aquí?

—No realmente, son solo un par de cuadras.

—Entonces puedo llevarlas yo.

¿Aceptó? —pregunta Uno.

—¿Aceptas?

—Sí, es bonito que tengas una amiga tan íntima que te invite a su casa —Maddison sonríe.

No lo puedo creer —dice Uno

La verdad, yo tampoco. Maddison le dice a mi madre su dirección y hablan sobre como llegar allá. Ambas nos subimos al automóvil y mi madre nos lleva hacia allá. En el camino voy pensando en lo fácil que fue que aceptara, realmente creí que este plan quedaría para otro día, pero me alegra ir porque es la ocasión perfecta para saber cómo puedo evitar que se suicide.

Después de la impresión inicial empiezo a pensar en cómo será la casa de Maddison. Esta es la primera vez que alguien me invita a su casa y tengo miedo de ser demasiado rara y asustar a sus padres.

—Ya llegamos, es la casa gris de enfrente —dice Maddison señalando una casa de dos pisos del lado derecho de la acera.

—Perfecto, ¿a qué hora paso por ti? —mi madre me ve, pero no sé qué contestar.

—A las ocho sería buena hora. No es ni muy tarde ni muy temprano —le dice Maddison.

—Muy bien, te veo a esa hora. Diviértete —veo a mi madre, está sonriendo.

—Claro, nos vemos mas tarde —la abrazo rápidamente antes de salir del auto.

Sigo a Maddison por el camino de piedra que lleva a su casa, ella se detiene a abrir la puerta. Me deja pasar primero a la casa, está oscura por dentro, supongo que no hay nadie, tal vez por eso quería que viniera, para no estar sola. Maddison entra y enciende la luz del pasillo.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora