Capítulo 17: Voces en el baño

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Nunca hago esto, pero realmente tengo muchas ganas de ir al baño. Levanto la mano para llamar la atención de la maestra de historia, ella parece asustada de lo que pueda a decir.

—¿Puedo ir al baño?

—Claro que sí —dice con una sonrisa nerviosa.

Me levanto de mi asiento, Maddison decidió sentarse junto a mí cuando la cambiaron de salón. Alice eligió un lugar hasta adelante, lo que era de esperarse. Me levnto y veo a Mackenzie viéndome con nerviosismo, rápidamente ve su celular que la maestra le quitó por estar mensajeándose con alguien. La ignoro y camino hacia la salida, paso cerca del lugar de Kenneth, él me sonríe.

Salgo del salón y camino rápido hacia el baño, no fui durante el receso así que ahora tengo muchas ganas. Cuando veo la puerta del baño tan cerca de mí, me siento aliviada. Llego hasta ella, entro al baño y me dispongo a entrar a un cubículo, pero escucho algo. Me detengo frente al primer cubículo donde escucho un ruido raro, veo por debajo y hay dos pares de zapatos. Me alejo y frunzo el ceño, esto no es normal. Camino lentamente para tratar de no hacer ruido, salgo del baño sin saber qué hacer. Esto podría ser un invento de mi mente, aunque lo dudo.

Saco mi teléfono de mi bolsillo, mi madre me ha obligado a mantenerlo encendido desde el incidente de la biblioteca. Le mando un mensaje a Maddison pidiéndole que venga urgentemente porque necesito que me ayude en algo. Espero que se apresure, no quiero llamar a una maestra y que al entrar descubran que no hay ningún ruido y todo me lo estaba imaginando.

Espero unos minutos hasta que escucho las pisadas lejanas de Maddison, me acerco a ella para contarle lo más lejos de la puerta.

—¿Qué pasa? Siempre traigo toallas para emergencias —me pregunta con una sonrisa y una toalla sanitaria en la mano.

—Hay dos personas en un solo cubículo, al menos eso creo —ella frunce el ceño y su sonrisa desaparece.

—¿En serio?

—Sí —ella se acerca a la puerta—, entra en silencio.

La veo entrar lentamente para no hacer ruido. En parte quiero que vea y escuche lo mismo que yo, pero es un escenario tan ilógico que podría ser mentira. Maddison sale tapándose la boca, se acerca a mí y empieza a reírse.

—Se están enrollando en los baños, eso es caer bajo —dice entre risas.

Supongo que sí vio lo mismo que yo.

—¿Qué haremos?

—Llamamos a un maestro.

—Le diré a Kenneth que traiga a la maestra de historia.

—¿Algún día le dirás Ken?

—No —digo mientras le envió el mensaje.

—Kenneth es muy largo, por eso existen los apodos —dice ella, frunciendo los labios.

—Tú no tienes apodo, Alice y yo tampoco.

—Yo sería Mad, lo que es gracioso porque en inglés significa "loco" —dice sonriendo—. Alice podría ser Ally y tú Ev.

—Prefiero los nombres completos.

—Igual nadie nos diría de esa forma, los demás se refieren a nosotras como "las locas".

Vemos a Kenneth y la maestra de historia caminando hacia nosotras, están cerca y vienen rápido, creo que Kenneth notó la urgencia de mi mensaje.

—¿Qué pasó, chicas? —pregunta la maestra.

—¿Estás bien? —me pregunta él.

—Escuchamos gemidos en el baño y tal parece que hay dos personas en un solo cubículo —responde Maddison.

La maestra se sorprende y avanza hacia el baño, Kenneth frunce el ceño y parece sorprendido.

—¿Qué es un gemido? —le pregunto a Maddison.

—Son ruidos que muy comúnmente son sexuales. Sabes que es el sexo, ¿verdad?

—Claro, las relaciones sexuales coitales son cuando un hombre introduce...

—Sabes, no necesitas explicarnos —me interrumpe Kenneth.

—¡Mira nada más! La esquizofrénica caliente —dice Maddison con una sonrisa.

—Persona con esquizofrenia —la corrige Kenneth—. El término "esquizofrénico" ya no es moralmente correcto.

—¿Cómo sabes? —le pregunta ella.

—Every me lo dijo una vez —lo veo con confusión, no recuerdo habérselo dicho.

Veo a la maestra de historia salir del baño con los brazos cruzados. Detrás de ella viene una pareja, un chico y una chica que me resultan familiares. Seguramente los he visto antes pero ahora no los recuerdo.

—Tener sexo en el baño, ¡qué vergüenza! Ni para un motel te alcanza Zack —se burla Maddison.

—Tú no te metas, loquita —le contesta la chica.

—Ustedes dos no hablen y vayan directo a la oficina de la directora, ¡ya veremos que hará con ustedes! —dice la maestra molesta—. Y ustedes tres al salón —nos señala.

—Dos personas más se han unido al club de haters de Every —susurra Kenneth.

Sonrío por su broma, por un momento me iba a ir al salón hasta que recuerdo que vine porque necesito usar el baño. Corro hacia allá ahora que no hay gente haciendo cosas indebidas en los baños públicos. Menos mal que no me inventé nada de esto.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora