Capítulo 19: El club de haters de Every

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—¡Vamos, vamos! —dice Alice arrastrando a Maddison hacia el salón.

—¡Nos vemos allá! —me grita ella mientras se aleja, lo que me hace sonreír.

Solo se adelantan porque Alice nunca llega tarde y porque yo necesito pasar a buscar una libreta a mi casillero. A Kenneth no lo he visto hoy, ha cumplido su promesa de tratar de no ser tan obvio con que le gusto. Es raro estar sola de nuevo, como cuando todos en la escuela eran desconocidos y yo la rara chica nueva.

Camino emocionada hacia mi casillero, los pasillos están casi despejados por la hora.

Cuidado.

Me detengo con la advertencia de Ocho, hacía bastante tiempo que estaban callados. Trato de relajarme y doy la vuelta hacia el pasillo de los casilleros, es entonces cuando las veo. La fundadora de mi club de haters, Mackenzie, y la chica de los ruidos sexuales del baño, Danielle. No había notado que ya pasó su semana de castigo y que podía volver a la escuela. Ellas están paradas en medio del pasillo sin moverse. Trago saliva y me animo a caminar, estoy segura de que solo intentan asustarme.

Hay alguien detrás de ti.

Ocho, hay dos chicas molestas conmigo delante de mí, creo que el persecutor invisible no importa ahora, pienso. Pero entonces escucho los pasos de alguien detrás de mí. Me detengo, frente a mí dos chicas y ¿qué hay detrás de mí?

—Ken no la salvará esta vez, ya está en su salón —dice la voz de un chico.

Cuando volteo veo al chico del baño, Zacharias. Definitivamente ninguno de ellos está feliz conmigo, por mi culpa se han metido en problemas. Creo que esto no saldrá bien para mí, menos cuando las chicas se acercan amenazadoramente hacia mí.

—En esta escuela —empieza a decir Mackenzie—, los normales les ganamos a los adefesios como tú. Así que, si no quieres problemas, empezarás a comportarte y dejarás de meternos en problemas. Sino, lo pagarás muy caro, loquita.

—Por suerte no importa lo que digas, nadie te creerá —la voz de Danielle es más gruesa cuando habla que cuando gime.

—No fui la única que lo vi y escuché.

—Y el testimonio de una loca es muy confiable, ¿no? —la voz de Zacharias está muy cerca, como si estuviera a solo dos pasos de mí.

—Solo cierra la boca y actúa como si no existieras —dice Mackenzie.

Las dos chicas pasan junto a mí, creo que están por irse dejándome ilesa, pero Mackenzie se voltea y me empuja. Lo que me hace caer sentada en el suelo, me pego muy fuerte y me duele. Solo me quedo sentada viéndolos alejarse. Ellos no se dejarán llevar por mi trastorno mental para no lastimarme, definitivamente me tengo que ir con cuidado.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora