Capítulo 66: Triste navidad para todos

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Bajo las escaleras detrás de mis hermanos, ellos corren emocionados para ver los regalos que les dejaron mis padres debajo del árbol. Sé que también hay cosas para mí, pero no estoy tan emocionada como ello, esta navidad me ha resultado muy extraña y lejana. Me gustaría volver a sentir la magia, tal como mis hermanos están ahora, pero últimamente siento que nada me emociona lo suficiente.

Llego frente al árbol y veo una bolsa de regalo con mi nombre, es lo que esperaba, pero hay un segundo regalo para mí. La caja con envoltura azul brillante llama mi atención.

—Esa caja te la trajo un amigo —me dice mi madre, volteo a verla con el ceño fruncido.

—¿Sabes que tiene?

—No, vino hace un par de horas a dejártela. Se veía mayor, me pregunto de donde lo conoces —entrecierra los ojos.

Nos está acusando —dice Ocho.

¿De qué podría acusarme? No he hecho nada malo, creo.

Acerco la bolsa, quiero ver que me compraron este año. Siempre tienen un don para comprarme exactamente las cosas que deseo, no sé como lo hacen, es como si leyeran mi mente. Abro la bolsa, espío el contenido y me asusto un poco, ¡¿cómo rayos lo volvieron a hacer?! Dentro de la bolsa están los grafitos y el bloc de dibujos que estuve viendo ayer en la plaza, ¿me estaban espiando?

Lo dudo, yo me hubiera dado cuenta —me tranquiliza Ocho.

Tal vez hablaron con Kenneth —intenta razonar Uno.

O tal vez si leen la mente —dice Ocho.

Me creo más eso. Volteo discretamente hacia ellos y les sonrío con agradecimiento, ambos sonríen e inclinan la cabeza. Mis hermanos no notan nada de eso, están demasiado concentrado en abrir sus propios regalos.

Regreso mi mirada a la caja que queda, no es demasiado grande, pero es intrigante. La acerco hacia mí, no es demasiado pesada, eso me intriga más. Rompo el papel azul que la envuelve y veo una nota amarilla pegada, en ella se lee Ella quería que te lo quedaras -Markos. Ahora entiendo, es el hermano de Maddison, por eso mi madre dijo que se veía mayor. Quito la nota, luego despego un par de cintas y la caja está lista para ser abierta. La abro con cuidado y lo primero que veo es un libro de pasta gruesa, se titula A través del tiempo y es bastante grande, creo que me tomará una eternidad terminarlo. Lo hojeo un poco y una medalla pequeña en forma de estrella, es la que nos dieron en Art&Sports por el desafío de baloncesto. Pero esta tiene escrito algo detrás, es la caligrafía de Maddison y se lee Uno de los últimos buenos días que tuve. Sostengo la medalla en mi mano y me siento triste, es como si su fantasma lo hubiera escrito.

Dejo la medalla junto a la nota de Markos y sigo hojeando el libro. Veo varias frases remarcadas con marcatexto y algunas anotaciones de Maddison, jamás creía que podría tener algo tan íntimo de ella. En una de las páginas encuentro una fotografía del trío de locas, no es algo que esperaba encontrar aquí. Recuerdo que la tomó en la cafetería de la escuela con una cámara instantánea, fue genial ver la fotografía aparecer en el papel. No recordaba que ella se la había quedado. En la parte baja de la foto tiene la fecha escrita y un corazón rojo remarcado. La dejo de nuevo en el libro y me enfoco en lo que queda dentro de la caja, el suéter feo de Maddison, ese que siempre se ponía para ocultar sus cortadas. Cuando lo saco de la caja me llega un olor muy familiar, me detengo por unos segundos con sorpresa, pero despues me acerco el suéter feo y lo huelo, es su aroma. Siento agua escurriendo por mis mejillas mientras me embriago del aroma sutil y fresco de Maddison. Sostengo el suéter contra mí, mientras más agua rueda por mis mejillas y me vuelvo presa de la tristeza.

Siento varios brazos rodeándome, me asusto un poco, pero al abrir los ojos veo a mi familia junto a mí, tratando de reconfortarme. Abrazo a mis hermanos, dejando que el suéter de Maddison descanse sobre mis piernas. Usaré esa cosa fea, solo porque es de ella.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora