Capítulo 35: Confesiones en la playa

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Estoy algo nerviosa con esta noche, nunca creí que Kenneth me invitaría a hacer algo sola con él. Me veo en el espejo del baño, veo mi vestido morado y mi cara asustada ¿debo peinarme? Mi estómago empieza a doler y siento náuseas, ¿así se siente salir con alguien?

—¿Cómo vas? —me pregunta Maddison desde fuera del baño.

Nada bien —dice Uno.

—Nada bien, me duele el estómago y tal vez vomite.

—Vomita de una vez, no sería lindo que le vomites a Ken encima —dice Alice.

Sería divertido ver eso —dicen los gemelos malvados a la vez.

—No vas a vomitar, solo estas nerviosa por la cita.

—Dijo que no usáramos esa palabra —susurra Alice.

Y si lo pedí, esa palabra solo logra asustarme más. Jamás he tenido una cita real con un chico real ¿y si al final se da cuenta de que no soy tan interesante o que no le gusto lo suficiente?

La puerta se abre, veo a Maddison a través del espejo, ella fija su mirada en mi vestido y sonríe.

—Te ves bonita —me dice ella.

—Tu cabello es súper largo, ¿quieres que te peine? —pregunta Alice desde la puerta.

—Alice es muy buena peinando.

—Sería bueno no tener que preocuparme por eso —les contesto.

—Voy por mis guantes —dice emocionada y la veo desaparecer.

—No debes preocuparte por esta noche, a Ken le gustas y te respeta así que seguramente solo hablaran toda la noche. No creo que él haga algo que tú no quieras que haga —sonríe.

—Apresúrate o ya no te peino —grita Alice.

Salgo del baño, Alice está sentada sobre su cama con un peine, ligas, coletas y muchas cosas más. Frente a ella hay un pequeño banco de madera, me acerco y me siento en él, lista para ser peinada. Siento los guantes de Alice acariciar mi cabello.

—¿Qué peinado crees que le quedaría mejor, Mad?

—Tú eres la experta, ¿qué tienes en mente? —Maddison se sentó en mi cama.

—Creo que una media cola quedaría bastante bien, su cabello es demasiado bonito para amarrarlo por completo.

—Y sería rápido porque no hay mucho tiempo, él vendrá en unos minutos por ella.

—Tampoco es tan importante, Kenneth me ha visto en la escuela muchas veces como para sorprenderse por mi cabello desarreglado —digo mientras Alice empieza a cepillarme el cabello.

—Pero esto es diferente —dice Alice con cierta molestia en la voz.

Maddison se ríe, yo dejo que Alice haga su trabajo y ella parece muy concentrada. Me relajo cuando pasa el peine por mi cabello, esto es extremadamente relajante. Siento como recoge mechones de mi cabello y los peina individualmente, luego amarra algo con una coleta y sigue peinando el resto de mi cabello. No fue tan difícil.

El sonido de la puerta hace que me sobresalte, la sensación extraña de mi estómago regresa junto con las náuseas. Sé que es él, pero no sé porque me siento así, Kenneth es solo un amigo.

Claro —exclama Uno.

—¡Vamos, abre! No hagas que Ken te espere —me dice Maddison.

Me levanto del banco con miedo, me acerco a la puerta, tomo el picaporte y trago saliva. Nadie me advirtió de lo difícil que sería tener una cita real con alguien. Suspiro y abro la puerta, veo a Kenneth fuera de la cabaña, él me sonríe.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora