Capítulo 8: Las peores espías del mundo

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—Mis padres no han mencionado lo que pasó el miércoles en la consulta con mi psiquiatra —le digo a Maddison mientras caminamos por el pasillo hacia el salón de Alice.

—No fue para tanto, solo te mordiste un poco el labio.

—Me pusieron cuatro puntos por dentro y por fuera —le digo yo acercándome a ella para que nadie escuche.

Ella se detiene, voltea a verme, se acerca a mis labios y los observa atentamente. Frunce el labio, se aleja y hace un gesto con la mano para restarle importancia.

—Casi no se notan, sobrevivirás.

—Mi papá hizo que me atendiera un cirujano plástico para hacerme las suturas estéticas, podría verse peor, ¡pude haber perdido parte del labio! —exclamo con preocupación, pero en voz baja.

—Every —Maddison se detiene y me pone las manos sobre los hombros—. No perdiste el labio, sobrevivirás. Sanarás y todos haremos como si esto no hubiera pasado, no te preocupes.

No le importas —exclama Rojo.

Asiento con la cabeza lentamente, Maddison sonríe y sigue caminando, yo la sigo sin decir nada más. Desde lejos veo a Alice parada en la puerta de un salón, parece estar revisando algo en su bolso, supongo que eso también lo hará tres veces antes de salir del salón.

—Hola, Every —me saluda Kenneth cuando pasa a mi derecha.

Frunzo el ceño al verlo con un uniforme de deporte, no sabía que esta escuela tenía tantos deportes, mucho menos sabía que él está en uno de ellos. Él me sonríe ampliamente antes de darse la vuelta, detrás de él van varios chicos, algunos voltean a verme con curiosidad. Cuando me fijo en Maddison, ella está junto a Alice y ambas me ven con una sonrisa pícara.

—¿Qué pasa? —les pregunto, eso hace que Maddison sonría más.

—¿Traes comida, Alice?

—Sí, ayer solo fue una excepción —se justifica.

—¡Excelente! Vamos a espiar a Ken, averiguaremos si habla de ti —dice ella y me toma del brazo para que la siga.

Escucho los pasos apresurados de Alice, mientras Maddison me lleva por el pasillo, no sé a dónde vamos y tampoco entiendo cuál es su motivación para acosar a un chico. Caminamos rápidamente por el pasillo, veo a Hannah hablando con sus amigas, pero con su mirada puesta en el final del pasillo, por donde va caminando Kenneth. Ayer Maddison dijo que fueron novios y que tenía que cuidarme de ella, no entiendo porque vamos persiguiéndolo si no debería hablarle.

Sigo dándole vueltas al asunto en mi mente hasta que salimos de la escuela, vamos hacia una de las tantas canchas. Este lugar me recuerda que apenas hace unos días comía sola en las gradas de la cancha de soccer, casi siempre veía chicos jugando, pero ninguno era Kenneth, creo.

Creo que te están secuestrando —susurra Uno, en parte tienen razón.

Mis sospechas se confirman cuando pasamos la cancha de soccer, entonces me detengo, eso hace a Maddison detenerse por mi peso, Alice se adelanta tres pasos y se detiene. Maddison voltea a verme y me suelta, entonces me acomodo y sacudo el uniforme.

—¿Por qué lo estamos siguiendo?

—¡Para espiarlo! —me contesta Alice con emoción, eso hace más aguda su voz.

—Pero ustedes dijeron que no me le acercara por Hannah.

—Hannah jamás sabrá que fuimos a verlo específicamente a él —dice Maddison con una sonrisa confiada.

—Aunque tal vez lo sospecha, digo, Ken es el más guapo del equipo —dice Alice menos emocionada que antes.

—Nos subestima, seguro pensaría que vemos a cualquier otro. A parte ella nunca vendrá al entrenamiento porque son exnovios y, en teoría, no se soportan —explica Maddison, parece convincente.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora